En el aniversario de su muerte, el pasado oscuro, violento y acomodado de Karl Marx

El Mundo

Un 14 de marzo de 1883 fallecía el periodista y filósofo alemán Karl Marx. Moría prácticamente desconocido si se compara su fama en aquél entonces con el renombre que tiene hoy en día. Moría odiado por su familia, pelado a muerte con su amigo más cercano, y dejando un legado que llevaría a la muerte de más de 1.000 millones de seres humanos.

Los que reflotaron las ideas de Marx en la otra punta del continente casi medio siglo después, se aseguraron de ocultar un pasado oscuro pasado plagado de contradicciones y excesos que desafían su propia doctrina.

Desde sus días de estudiante hasta sus tumultuosos años de matrimonio, Marx se sumergió en una vida de derroche, escándalos y deslealtades, desafiando su imagen de líder proletario que posteriormente se quiso dar.

En su juventud, lejos de dedicarse al estudio, Marx frecuentaba tabernas y burdeles, desatando la ira de las autoridades universitarias. Su expulsión de la Universidad de Bonn por «desorden nocturno en la vía pública y embriaguez» solo era el comienzo de una vida marcada por la indisciplina y el desenfreno, de una persona que nunca tendría un trabajo en toda su vida.

 

A pesar de provenir de una familia acomodada, Marx derrochaba el dinero de sus padres que le enviaban para su manutención, incluso excediendo el gasto de jóvenes millonarios de su época. Sus desmesuradas deudas y sus escandalosos excesos, como encarcelamientos por alborotos y duelos, pintan un retrato muy distinto del supuesto líder proletario que proclamaba luchar contra la opresión económica.

El posterior matrimonio con Jenny von Westphalen, una aristócrata que sacrificó para estar con él, no detuvo sus derroches. Marx no dudó en exigirle a su esposa que pagara sus deudas de juventud, mientras dilapidaba la dote matrimonial en noches de desenfreno.

Como nunca trabajó en su vida, ya entrado en su madurez, Marx dependía de la generosidad de amigos como Friedrich Engels para mantener su lujoso estilo de vida, mientras su familia luchaba por sobrevivir en Londres, con quienes no compartía una sola moneda.

 

Mientras escribía el Manifiesto Comunista, y llamaba a todas las clases oprimidas del mundo a rebelarse, Marx mantenía una criada sin remuneración, a quien explotaba tanto laboral como sexualmente.

Helene Demuth, la criada de toda su vida, soportaba las tareas domésticas y la crianza de sus hijos sin recibir salario alguno. Además, Marx mantuvo una relación extramatrimonial con ella, incluso llegando a engendrar un hijo que atribuyó falsamente a Engels, su amigo, coautor y benefactor.

Las sombras de Marx también oscurecen su legado familiar. De sus siete hijos, solo tres sobrevivieron la niñez. A pesar de que tenía el dinero que le daba su familia y amigos, Marz descuidaba de ellos y no les daba alimentos como correspondía para que mantengan buena salud.

Dos de los que llegaron a la adultez, terminaron sus vidas trágicamente por razones relacionadas con la desesperación y la traiciónLaura Marx y su esposo, Paul Lafargue, pactaron un suicidio que llevaron a cabo cuando su salud empeoró, mientras que Eleanor Marx se envenenó al descubrir la infidelidad de su compañero. Estos trágicos eventos revelan la dura crianza que tuvieron, y el despiado de un hombre que predicaba la solidaridad y la igualdad, pero que no lo aplicaba en su propio hogar.

Detrás del ícono revolucionario se esconde un hombre marcado por sus propias contradicciones y una vida plagada de egoísmo, deslealtad y desenfreno, despojando su legado de cualquier aura de virtud o justicia. Al igual que su ideología, que deshumaniza al hombre y está plagada de contradicciones, la vida de Marx es un fiel reflejo de lo que profesa el comunismo.

Por: Rodo Galdeano
Fuente: Derecha Diario

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