La fiscal Silvina Gerarduzzi solicitó una condena de 14 años de prisión para José Ricardo Ripoll, un empleado público jubilado de 69 años, por haber sometido sexualmente de manera reiterada a una vecina menor de edad. La víctima, que sufrió los abusos entre los 9 y 13 años, enfrentó graves consecuencias psicológicas y varios intentos de suicidio debido a los ataques.
La joven, cuyo primer nombre ha decidido no usar debido a la identificación con la niña abusada que solía ser, fue marcada por el impacto mediático del caso de Ángeles Rawson en 2013. Este incidente la llevó a temer que correría la misma suerte y a permanecer en silencio por miedo. En un intento de rechazar al abusador, incluso intentó lastimarse a sí misma para evitar ser tocada.
Las secuelas de los abusos fueron devastadoras: la víctima sufrió de pesadillas, trastornos alimenticios, consumo de drogas y un colapso generalizado de su salud mental. Una psicóloga que la atendió afirmó que los abusos «arrasaron su subjetividad».
En su presentación ante el juez Miguel Dávila Saffe de la Sala I de la Cámara Penal, la fiscal Gerarduzzi detalló las pruebas que incriminan a Ripoll en los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por el grave daño en la salud mental de la víctima, abuso sexual gravemente ultrajante y exhibiciones obscenas. Por estos delitos, solicitó una condena de 14 años de cárcel.
Ripoll, actualmente en prisión preventiva domiciliaria, cuenta con la defensa de Jorge Olivera Legleu, quien argumenta que su cliente debe seguir en esta situación debido a problemas de salud. Olivera Legleu también cuestiona la legitimidad del proceso judicial, argumentando que el caso debería haberse investigado en el sistema acusatorio y no en el mixto, y cuestiona la capacidad de la hermana de la víctima para denunciar en lugar de los padres o un representante del ministerio público.
El juez Dávila Saffe ha indicado que esperará informes médicos antes de tomar una decisión final.
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