El desempleo creció 1,4 puntos porcentuales en el último año, pasando de una tasa de 6,2% en segundo trimestre de 2023 a 7,6% en igual período de este año, según el último estudio de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) publicada por el Indec. Tomando en cuenta el tamaño total de la población, se deduce que hay 1.625.000 desocupados en el país, lo que representa un aumento de 336.000 personas en la comparación interanual.
Un dato interesante es que al mismo tiempo creció la tasa de actividad (subió de 47,6% a 48,5%) y la tasa de empleo (44,6% a 44,8%). ¿Cómo se explica esta situación? El incremento de la población económicamente activa -PEA- demuestra que hay más personas activas en el mercado laboral. Según los economistas, esto responde a la situación recesiva de la economía y a la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, situación que condujo a que otros miembros del hogar salieran a buscar una nueva fuente de ingresos.
Ahora bien, de las personas que se incorporaron al mercado, una parte consiguió trabajo (por eso aumentó el empleo), pero la mayor cantidad de personas aún lo siguen buscando (por eso creció el desempleo).
Más informalidad
El aumento del empleo es en sí una buena noticia, pero tiene varios atenuantes que se deben tener en cuenta. Por un lado, hay que considerar que en el último año la población económicamente activa creció en más de medio millón de personas, y apenas una parte logró su propósito de conseguir un trabajo, lo que significa que el mercado laboral no es lo suficientemente fuerte como para captar a todas las personas que salen a buscar trabajo.
Por otra parte, se puede poner en discusión la calidad de los nuevos empleos generados. Medido en números, la cantidad de ocupados creció de 19.003.000 a 19.278.000, lo que marca una diferencia de 275.400 personas aproximadamente. Entre ellos, 78.100 se sumaron al sector formal registrado, mientras que uno 246.100 consiguieron trabajo informal, por lo que no tienen descuento jubilatorio ni actualizaciones salariales por paritarias.
Lo más preocupante, es que este escenario tiende a profundizarse. Si se comparan los resultados de la EPH del primer trimestre del año con los datos del segundo, se observa que el empleo registrado perdió 60.400 trabajadores, mientras que el empleo en negro sumó a 328.300 personas. Aunque son múltiples los factores que explican esa situación, uno de los más determinantes es el efecto del freno de la obra pública. La decisión de Nación de dejar de financiar proyectos de infraestructura llevó a que decenas de miles de trabajadores de la construcción que estaban registrados pasaran a trabajar en la informalidad.
Dónde hay más desocupados
Además de los datos nacionales, el Indec publica trimestralmente las estadísticas de empleo y desocupación por jurisdicción y región geográfica. En este caso, se encuentran diferencias notables entre algunos de los 31 principales aglomerados urbanos. Sin ir más lejos, dentro del Gran Buenos Aires es muy diferente lo que pasa en CABA, donde la tasa de desempleo es del 5,4% y en el resto de los partidos del Gran Buenos Aires, donde la desocupación es del 9,1%.
Dentro de Cuyo, la tasa de desempleo más alta es la de Gran Mendoza (6,1%) y la más baja es la del Gran San Juan (3,6%).
En el Noreste las diferencias son muy significativas. Dentro de esa región está Formosa, con una tasa de desocupación del 2,6%, y está Gran Resistencia, con un 11%.
En lo que respecta al Noroeste, sobresale con la desocupación más baja del país la jurisdicción de Santiago del Estero-La Banda (0,7%). En esa misma región, la desocupación más alta se observa en Gran Tucumán-Tafí Viejo (7,3%)
En la región Pampeana, el desempleo más bajo está en el Gran Paraná (3,7%) y el más alto en Gran La Plata (9,9%). En la Patagonia, por su parte, la desocupación oscila entre el 0,9% de Viedma-Carmen de Patagones y el 9% de Rawson-Trelew (9%).
Fuente: INFOBAE
Por: Graciela Herrera
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