A pesar de todos los aumentos impositivos, el déficit fiscal español sigue superando los niveles previos a la pandemia

El Mundo

La recaudación impositiva de España alcanzó los niveles más altos desde la situación previa a la gran recesión internacional de 2008, pero aún así las finanzas públicas del Gobierno permanecen completamente desequilibradas.

El presidente Pedro Sánchez impulsó un sablazo impositivo en plena pandemia con la promesa de equilibrar el déficit, pero nada de esto sucedió en realidad. En la práctica, las erogaciones del Estado español se incrementaron aún más que los ingresos, y para el tercer trimestre del año pasado el déficit primario español se ubicó en el 2% del PBI. Antes del estallido de la pandemia, el desequilibrio previo al pago de intereses solamente alcanzaba el 0,78% del PBI, y el 0,4% del producto cuando Sánchez asumió la dirección del país.

Por otra parte, el déficit financiero total de España escaló al 4,36% del PBI en el tercer trimestre de 2023, muy por encima de los 3 puntos porcentuales que se registraban antes de la pandemia, y nuevamente por encima del déficit de 2,8 puntos porcentuales de mediados de 2018.

Sin importar desde qué punto se inicien las comparaciones, la administración socialista condujo a España por el camino del déficit fiscal y el endeudamiento. Los sucesivos “estímulos” desplegados por el Gobierno para alentar el ritmo de la actividad económica tampoco dieron mayores resultados, ya que España perdió (otra vez) su tendencia de crecimiento previa a la pandemia.

La administración Sánchez deja montado un país que crece a un ritmo sustancialmente menor en comparación al 2018, con mayores desequilibrios fiscales desde el punto de vista del Estado, y con una mayor presión impositiva para los ciudadanos españoles.

Desde 2021 en España comenzó a regir una tasa máxima a cuenta del IRPF en torno al 47% para rentas superiores a los 300.000 euros anuales (suba de 2 puntos), y 45% para rentas superiores a los 200.000 euros (una suba de 3 puntos con respecto al esquema anterior).

La reforma socialsita sobre el impuesto de Sociedades redujo el nivel de deducciones permitidas, y estableció un impuesto mínimo sobre los ingresos contables, el cual se aplica independientemente de si la empresa incurrió en pérdidas netas durante el ejercicio de la actividad.

En octubre de 2020 Sánchez aprobó el impuesto sobre los servicios digitales (IMD), un gravamen del 3% sobre todos los servicios imponibles operando en España como por ejemplo los que brinda Google, Amazon, Apple, etc. Esto produjo un aumento prácticamente automático en los costos de las empresas españolas, que cuentan con un alto grado de digitalización.

El socialismo introdujo también el Impuesto sobre Transacciones Financieras (ITF), que aplica una tasa del 0,2% sobre la compra y venta de acciones en la bolsa. Son gravadas todas aquellas transacciones realizadas con títulos emitidos por empresas de nacionalidad española que cotizan en mercados regulados, y siempre y cuando su capitalización bursátil supere los 1.000 millones de euros.

Se promulgó un impuesto a las ganancias extraordinarias de dos años para los bancos y las empresas de energía, con tasas de entre el 1,2% y el 3,5% aplicadas sobre cualquier ganancia nominal en estas empresas que fueran mayores a las que declararon en el año 2019 (el Gobierno no ajustó los montos por la tasa de inflación en el período comprendido).

Finalmente, se aprobó el llamado “Impuesto temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas” con vigencia a partir de 2023, una medida casi calcada del Impuesto a la Riqueza creado por el kirchnerismo en Argentina en el año 2020. Este impuesto se superpuso con el ya muy elevado gravamen sobre el patrimonio, y convirtió a España en un verdadero infierno fiscal para el asentamiento de capitales.

Para los montos superiores a los 10 millones de euros el recargo espacial sobre el patrimonio alcanza al 3,5%, y considerando que el promedio de la tasa impositiva patrimonial en las Comunidades Autónomas es el 3%, la tasa consolidada llegaría al 6,5% y es una de las más altas del mundo.

Por: Rodo Galdeano
Fuente: Derecha Diario

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