Monseñor Ojea alertó por las «heridas» del país e instó a «unirnos finalmente»
«Qué falta nos hace en este momento de la vida del país, con tantas heridas, con tantas lastimaduras, poder compartir entre distintas culturas, distintas miradas, poder compartir para poder llevar el país adelante, nuestras miradas y unirnos finalmente», reflexionó el obispo de San Isidro en su reflexión pastoral, el día de la canonización de Mama Antula.
El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Ojea, llamó este domingo a la unión de la sociedad, en un momento en que el país sufre, alertó, «tantas heridas y tantas lastimaduras».
Monseñor Ojea hizo estas afirmaciones en su reflexión pastoral dominical, enmarcada en la canonización de María Antonia de Paz y Figueroa, Mama Antula.
El prelado apeló al relato bíblico de la cura del leproso y dijo que «Jesús se conmueve y se compadece frente al límite y a la miseria humana. Se conmueve justamente cuando el leproso se inclina ante Él, de rodillas, este acto de humildad que lo hace consciente de su propia limitación».
«El Señor, de alguna manera, vibra en el corazón cuando somos conscientes de nuestra debilidad, de nuestro pecado, de nuestra miseria; cuando no miramos para otro lado, sino cuando reconocemos lo nuestro. Esto es lo que provoca la compasión, este padecer con», enfatizó en su mensaje, difundido por la agencia AICA.
En ese punto se refirió a Mama Antula, y dijo que «el amor de Jesús fue lo que la llevó» a ser «una verdadera peregrina de esperanza».
Agregó que la flamante santa «sale de Santiago del Estero y recorre varias provincias para que otros hermanos puedan vivir en sus corazones el encuentro con Cristo a través del Evangelio con el método de los ejercicios de San Ignacio», y destacó que «el acto de los ejercicios unía en la oración de Jesús y el conocimiento de Jesús a todos».
Allí Ojea la unió directamente con la realidad actual y dijo: «Qué falta nos hace a nosotros en este momento de la vida del país, con tantas heridas, con tantas lastimaduras, poder compartir entre distintas culturas, distintas miradas, poder compartir para poder llevar el país adelante, nuestras miradas y unirnos finalmente».
«Que la gracia de Mama Antula, primera santa mujer argentina, nos proteja, nos acompañe y nos enseñe a convivir como ella con su inquietud evangélica a través de los ejercicios espirituales. Que Dios los bendiga, y ahora sí con la intercesión de una santa propia de nuestro país», sentenció Ojea.
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