Waiver, repo y gestión secreta: Gobierno blinda vencimiento de deuda de enero que habilite pago de u$s1.050 millones
En cuenta regresiva, la Casa Rosada sigue de cerca el próximo vencimiento de deuda. Al repo y las compras de Tesoro, se sumará lo conseguido por privatización y emisión de deuda.

El Gobierno sigue de cerca la cuenta regresiva para el pago de enero
El FMI como soporte en todo el trayecto
En paralelo, el FMI mantiene un diálogo fluido y positivo sobre el programa de Facilidades Extendidas vigente (por hasta u$s20.000 millones). La vocera Julie Kozack celebró recientemente las medidas del BCRA para fortalecer el marco monetario-cambiario, recomponer reservas y avanzar en reformas que impulsen el crecimiento: “Estamos trabajando de cerca con las autoridades argentinas”.
El staff técnico analiza un sendero más ambicioso de reservas para 2026, tras la recalibración de las bandas cambiarias (ajustadas por inflación desde enero) y el plan de acumulación de reservas. El organismo prepara un segundo waiver por la meta de reservas (tras el de julio), lo que habilitaría un desembolso de u$s1.045 millones el 23 de enero, aunque estos fondos no se destinarían directamente al pago de bonos privados.
Los swaps con China (u$s5.000 millones ya activados, sin expectativa de incremento adicional) y con Estados Unidos (hasta u$s20.000 millones, pero con limitaciones operativas y bajo revisión por falta de autorización explícita del FOMC de la Fed, con solo u$s2.540 millones habilitados hasta el momento) quedan fuera de las opciones prioritarias. El Gobierno prioriza mecanismos de mercado para evitar tensiones institucionales y proyectar mayor solvencia.
En los hechos, el segundo waiver por reservas se presenta como una formalidad casi inevitable, dado que la meta acumulada se encuentra a u$s10.300 millones de cumplirse. Sin embargo, el Gobierno tomó, en apariencia, medidas proactivas para fortalecer su posición: desde noviembre, el Tesoro compró alrededor de u$s1.000 millones netos en el mercado de cambios, anticipando la dinámica que ahora se formaliza.
La recalibración del esquema cambiario, anunciada para entrar en vigencia en enero de 2026, representa un cambio más de postura que de estrategia: el pasaje de bandas con ajuste nominal del 1% mensual a bandas ajustadas por inflación pasada (t-2) elimina el sesgo de apreciación endógeno y permite una depreciación real gradual, sin compensar la inflación de los socios comerciales.
Según la opinión de los analistas, esta modificación reconoce la relevancia del tipo de cambio real, otorga mayor flexibilidad ante shocks externos y envía un mensaje claro de alineación con bonistas y FMI, aunque implica resignar parte del ancla nominal.
Fuente: ÀMBITO
Por: G. Herrera
Los comentarios están cerrados.