En solo dos meses se impusieron 300 barreras en el comercio global y complican las exportaciones argentinas

La escalada proteccionista a nivel internacional impacta de lleno en mercados estratégicos. La incertidumbre crece en medio de la pérdida de competitividad cambiaria

La política arancelaria impulsada por el gobierno de Donald Trump, junto con el fortalecimiento del dólar y la depreciación de las monedas emergentes, configura un escenario complejo para las exportaciones argentinas. Esto se combina con precios internacionales de materias primas a la baja y un tipo de cambio real menos competitivo.

Durante los últimos años, signados por tensiones comerciales, la pandemia y las guerras en Ucrania y en Medio Oriente; se registró un incremento en las restricciones comerciales a nivel global, cuestión que se exacerbó desde la asunción de Trump como presidente de EE.UU.

En solo dos meses se impusieron más de 300 barreras al comercio, según detalló un informe de Fundación Capital. Todo indica que el mandatario republicano utiliza los aranceles como herramienta de negociación en asuntos tales como seguridad, control de drogas, inmigración, armamentos, entre otras.

Todo indica que el mandatario republicano utiliza los aranceles como herramienta de negociación en cuestiones tales como seguridad, control de drogas, inmigración, armamentos, entre otras Fuente: Fundación Capital

Pero países como Canadá, China y México, los más perjudicados por las nuevas tarifas, ya evalúan contraofensivas. También, se espera una respuesta por parte de la Unión Europea. La incertidumbre sigue creciendo, los mercados reaccionan y el impacto sobre la economía mundial no tardaría en llegar.

Jorge Vasconcelos, economista jefe de Fundación Meditarránea, resaltó que “la guerra comercial iniciada por Trump en su primera presidencia estuvo focalizada en China, pero en la actualidad sus importaciones de ese origen representan solo el 14% del total. Esto explicaría por qué ahora las medidas afectan a muchos más países y a una serie de productos (acero, aluminio, autos, fármacos, etc) independientemente de dónde provengan”.

En tanto, la nueva agenda de Washington introduce el riesgo de una pausa prolongada en el recorte de tasas de interés que había iniciado la Reserva Federal (FED), dada la presión inflacionaria que provocaría una suba generalizada de aranceles.

Ahora las medidas afectan a muchos más países y a una serie de productos (acero, aluminio, autos, fármacos, etc) independientemente de dónde provengan (Vasconcelos)

La consecuencia es un mayor fortalecimiento del dólar, que “podría alterar los flujos de capitales y presionar sobre las monedas emergentes, lo que ya se ha verificado desde el tramo final de la campaña electoral de Estados Unidos y la asunción del nuevo presidente, si bien se han moderado desde los máximos previos (con la excepción de la moneda mexicana, siendo la más afectada en el nuevo panorama mundial)”, sostienen desde Fundación Capital.

Esto, junto a la decisión del Banco Central de reducir el ritmo de devaluación -o crawling peg– a 1% mensual, por debajo de la inflación; pone en jaque la competitividad de los exportadores locales. En ese sentido, la consultora de Martín Redradoestimó que el tipo de cambio real multilateral se ubica apenas 1% por encima del nivel previo a la devaluación de diciembre de 2023.

Además, el sesgo a la baja en los precios internacionales de las materias primas representa sin dudas un problema para Argentina, dado que los tres principales complejos agrícolas (soja, trigo y maíz), combustibles y energía representan el 50% de las ventas al exterior.

Análisis de impacto por sectores

En este contexto, Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera y Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), afirmó: “China, como importador de soja, maíz y trigo; probablemente busque otros países proveedores. En el caso de la soja, el gran ganador va a ser Brasil, que hoy ya le está vendiendo. Argentina siempre tiene un precio más caro de la oleaginosa y de menor calidad. Quizás sí podamos venderle trigo y maíz, para lo cual recibimos la autorización este año”.

“Otro producto en el que podría verse algún impacto favorable es la carne vacuna, donde Estados Unidos también tiene un flujo de venta. Hay que ver cómo evoluciona y si este tipo de medidas son permanentes o parte de una negociación de Trump, pero evidentemente los mercados agrícolas van a estar afectados en las próximas semanas”, añadió.

A su vez, Marcelo Elizondo, consultor y analista internacional, dijo que si termina la guerra entre Rusia y Ucrania, se va a normalizar la producción agropecuaria de ambos países, reduciendo aún más los precios internacionales.

El fin del conflicto bélico podría darse en el corto plazo ya que Volodimir Zelenskymanifestó que está listo para un acuerdo de paz, luego de que Trump frenara la ayuda militar, con altercado verbal en la Casa Blanca mediante.

Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara Argentina de la Industria Aceitera y Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), afirmó: “China, como importador de soja, maíz y trigo; probablemente busque otros países proveedores. En el caso de la soja, el gran ganador va a ser Brasil» (Foto: EFE)

Sobre el sector energético, un informe de la consultora Paspartú indicó: “Un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania, junto con la eliminación de sanciones al crudo ruso, podría aumentar la disponibilidad de petróleo en los mercados globales, lo que impulsaría los precios a la baja”.

En caso de que las represalias continúen y se establezcan aranceles recíprocos entre EE.UU y China, “es probable que Beijing busque productores alternativos de petróleo. A la vez, los aranceles chinos podrían desviar más volúmenes de GNL norteamericano hacia Europa y beneficiar a otros países –entre ellos, en un futuro mediato, Argentina”, proyectaron.

En lo que respecta a la actividad manufacturera, desde la Unión Industrial Argentina (UIA) explicaron que el impacto de estas tensiones se da en dos frentes: “por un lado, el fortalecimiento del dólar hizo que las monedas de la región se depreciaran, sobre todo el real brasileño, y Argentina perdiera competitividad; por otro, la suba de aranceles va a generar desvíos de comercio, y sin una estrategia muy clara sobre cómo intervenir en esa agenda, puede traer problemáticas”.

Por ello, en la entidad fabril destacaron que es clave que se reduzcan las retenciones a todos los sectores industriales y en particular a aquellos que exportan a EE.UU para compensar el aumento de tarifas.

Es clave que se reduzcan las retenciones a todos los sectores industriales y en particular a aquellos que exportan a EE.UU (UIA)

“Es un mundo donde exportar va a ser más difícil todavía, en un marco en que Argentina ya tiene problemas cambiarios, estructurales y de competitividad”, apuntaron.

Según los analistas del Ieral, de la Fundación Mediterránea, “para ser más competitivos, es necesario eliminar impuestos distorsivos, mejorar la infraestructura, aumentar el capital humano, actualizar la legislación laboral, fortalecer las instituciones y reducir la burocracia”.

Fuente: Infobae

Rivero. C

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