Vereda en ruinas: un peligro latente para los peatones en Capital

Un tramo de 200 metros de vereda en mal estado en Capital representa un riesgo diario para cientos de peatones. Se trata del sector ubicado en la vereda norte de Laprida, al este de Urquiza, detrás del edificio del Instituto de Energía Eléctrica (IEE), de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ.

Más de una década sin mantenimiento

Vecinos del lugar aseguran que la vereda lleva más de 13 años sin ser reparada, acumulando roturas, hundimientos y escombros. El problema se agrava debido a la cercanía con puntos de alto tránsito peatonal, como la Facultad de Ingeniería, los edificios de la Legislatura, el Museo de Bellas Artes y el Centro Cívico.

«Hay mamás que vienen con changuitos y no pueden avanzar. Tienen que bajar a la calle o cruzar, lo que también es peligroso por la cantidad de autos», comentó Guadalupe Tejada, una vecina de la zona.

Un recorrido lleno de obstáculos

El mal estado de la vereda se evidencia en diversos puntos:

  • Hormigón hundido y escombros sueltos.
  • Hierros expuestos, tanto en el suelo como en el cordón.
  • Trozos de cemento quebrado, que generan desniveles peligrosos.
  • Falta de limpieza y acumulación de basura.

Además de estos problemas estructurales, los vecinos denuncian que el lugar se ha convertido en un punto de inseguridad. Según relatan, por las noches algunos individuos se esconden en las columnas del edificio para consumir alcohol o realizar otras actividades ilícitas.

¿Quién debe reparar la vereda?

Desde la Municipalidad de la Capital indicaron que la responsabilidad de la reparación recae sobre el frentista, en este caso la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ). Sin embargo, afirmaron que realizarán un relevamiento y evaluarán si es necesario intervenir de urgencia, dado el riesgo que representa para los peatones.

Por su parte, desde la Secretaría de Obras y Servicios de la UNSJ no respondieron los llamados de este medio, dejando en el aire la incertidumbre sobre si habrá una solución a corto plazo.

Mientras tanto, peatones y vecinos siguen esquivando peligros en un tramo de vereda que parece haber quedado en el olvido.

 

 

Op: Juan Llarena

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