Vecinos de Calingasta exigen que los camiones mineros no atraviesen el pueblo

La comunidad reclama que el transporte del proyecto Hualilán no circule por el casco urbano de la villa. Temen afectaciones en la seguridad, el turismo y la salud. Piden una solución política y rutas alternativas que eviten el paso del tránsito pesado.

El anuncio de que los camiones mineros del proyecto Hualilán, ubicado en Ullum, atravesarán la villa de Calingasta rumbo a la planta de Casposo, desató una ola de preocupación y reclamos entre los vecinos del departamento cordillerano.

La confirmación, realizada por Sonia Delgado, CEO del emprendimiento, tomó por sorpresa a la comunidad. “Nos enteramos por los medios. Nadie nos informó oficialmente y somos quienes vamos a sufrir las consecuencias”, expresó Fany Cortez, vecina de la villa. “No estamos en contra de la minería ni del trabajo, pero no pueden pasar por el medio del pueblo. Por acá no van a pasar”.

El malestar crece entre los calingastinos, que piden planificación, diálogo y respeto. Los habitantes sostienen que el tránsito de camiones afectaría la seguridad, la salud y la actividad turística, pilares de la economía local.

Según Francisco Pertiñez, comerciante y operador turístico, el recorrido aprobado pasa por zonas sensibles. “Cruza frente al hospital, a una escuela primaria y a un colegio secundario, además de sitios históricos como la capilla de Catalve y el Cristo de la Misericordia. Esto tendría un impacto negativo enorme”, advirtió.

El conflicto surge a partir de una adenda a la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) aprobada en abril, que modificó el trayecto del transporte sin consultar a la comunidad. “Antes de aprobar nada deberían haber evaluado otras vías de acceso. Es de sentido común”, agregó Pertiñez.

Frente a esto, los vecinos y representantes locales elaboraron propuestas alternativas. Una de ellas plantea desviar el tránsito pesado por El Puntudo, lo que evitaría el paso por la villa y beneficiaría a localidades como Villanueva, Puchuzum y Villacorral.

“El Puntudo sería una opción más segura, con menor impacto ambiental y urbano”, explicó Alfredo Pizarro, secretario de la Cámara de Servicios Mineros de Calingasta (Casemica). “Además, abriría nuevas oportunidades productivas y turísticas para el norte del departamento”.

El reclamo vecinal también tiene respaldo político. El diputado y exintendente Jorge Castañeda confirmó que solicitará una audiencia con el ministro de Minería para evaluar alternativas y costos. “Esto se resuelve con una decisión política. Hay que priorizar la salud, la educación y el bienestar del pueblo”, afirmó.

Por su parte, el intendente Sebastián Carbajal adelantó que se reunirá esta semana con Sonia Delgado para abordar el tema. Mientras tanto, los vecinos mantienen la expectativa de una respuesta rápida.

“Queremos una minería que conviva con la gente, no que la atropelle”, resumió Hugo Gómez, otro vecino de la villa. “Soñamos con un Calingasta sustentable, con futuro, donde se respeten los derechos humanos y ambientales”.

El mensaje desde el valle es claro: la minería puede convivir con el pueblo, pero no puede pasar por encima de él.

Op: Juan Llarena

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