Un hecho estremecedor ocurrió este martes en la Escuela Media N°7 de Florencio Varela, donde una alumna de 12 años fue sorprendida portando un arma de fuego y con una lista de posibles víctimas en su mochila. La intervención oportuna de un compañero y de las autoridades escolares evitó lo que podría haber sido una tragedia.
Según fuentes cercanas al caso, una alumna observó que la joven llevaba en su mochila una pistola 9 milímetros y alertó de inmediato a su profesora. Los directivos de la escuela, al enterarse de la situación, tomaron las medidas correspondientes para llamar a la menor a la dirección y evitar que el arma fuera utilizada. Tras la revisión de su mochila, además del arma, se encontró una carta escrita en ruso con amenazas explícitas hacia la profesora de Ciencias Naturales. En ella, la estudiante manifestaba su intención de «matar» a la docente y hacía referencia a sentirse rechazada por sus compañeros.
La situación se agravó aún más al descubrirse que la alumna había estado planeando el ataque durante varios meses. En una conversación por WhatsApp con una amiga, la joven confesó haber preparado el atentado desde hace tres meses y detalló cómo tenía acceso a dos pistolas reales de su madre, quien es policía. «Iba a ir uno por uno», señaló en el chat, y mostró su frustración por el fracaso de su plan, responsabilizando a un compañero por haberlo descubierto.
El hecho ha generado una gran preocupación entre los padres de los estudiantes, quienes expresaron su indignación por la falta de acción por parte de los directivos y los inspectores de la institución. A pesar de la gravedad de la amenaza, no se realizó la denuncia correspondiente ante la comisaría, lo que motivó a un grupo de padres a tomar medidas y presentarse en la Comisaría Primera de Florencio Varela para radicar la denuncia.
El incidente pone en evidencia una vez más la importancia de estar atentos a las señales de violencia en las escuelas, así como la necesidad de implementar protocolos más rigurosos para abordar casos de bullying y prevenir situaciones de este tipo. La comunidad educativa y las autoridades locales ahora se enfrentan al desafío de garantizar la seguridad y el bienestar de los estudiantes, en un contexto donde la violencia escolar es una preocupación cada vez más creciente.
Este caso resalta también la relevancia de una comunicación efectiva entre estudiantes, docentes y familias, así como la urgencia de tomar acciones inmediatas ante cualquier señal de violencia, para evitar que episodios como este se repitan en otras instituciones educativas.
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