En un nuevo capítulo de su guerra comercial, el presidente Donald Trump amenazó este jueves a Francia y a otros países de la Unión Europea (UE) con aplicarles aranceles del 200 por ciento al vino, el champán y otras bebidas alcohólicasÂsi Bruselas impone tarifas aduaneras del 50 por ciento al whisky estadounidense. La Unión Europea informó el miércoles su intención de imponer aranceles a una serie de productos estadounidenses, incluidos el bourbon, las motos y los barcos, en represalia por el 25 por ciento aplicado por Washington al acero y al aluminio que entró en vigor ese mismo día. Las tarifas europeas empezarían a aplicarse el 1 de abril, en la víspera de los llamados aranceles aduaneros «recíprocos» con los que amenaza Trump.

«No cederé en absoluto»

«Si no retiran de inmediato el arancel, Estados Unidos muy pronto impondrá una tarifa del 200 por ciento a todos los vinos, champán y productos alcohólicos procedentes de Francia y otros países de la UE», escribió TrumpÂen su red Truth Social. Más tarde declaró a periodistas que no cederá «en absoluto» en su política arancelaria. «Nos robaron durante años y no nos van a robar más», dijo el mandatario republicano desde el Despacho Oval junto al secretario general de la OTAN, Mark Rutte.

Preguntado por la UE, a la que se refirió como «muy desagradable», TrumpÂlamentó que no puedan vender coches allí. «No se nos permite vender coches en Europa. Está prohibido debido a sus políticas y también a sus aranceles no monetarios», declaró el presidente, quien siguió advirtiendo que desde la UE denuncian a sus empresas como Apple o Google, según dijo, y que no se lleva «su agricultura» cuando EE.UU. sí compra de la europea. «Con ellos es como una calle de sentido único», comentó.

«Hartos de ser sacrificados»

Los exportadores franceses de vinos y licores reaccionaron diciendo que están «hartos de ser sacrificados sistemáticamente» por temas que les son ajenos y que esperan que «la Comisión Europea muestre algo de realismo». El anuncio de la Comisión Europea de imponer aranceles de represalia «fuertes pero proporcionados» a una serie de productos importados de Estados Unidos preocupa a los productores de licores. Quieren que la UE y Estados Unidos dejen al sector «fuera de sus disputas».

El ministro de Comercio Exterior francés, Laurent Saint-Martin, aseguró que Francia sigue «decidida a responder» y lamentó «la guerra comercial que Donald Trump eligió emprender». La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, rechazó de plano los aranceles de EE.UU. pero subrayó que la Unión Europea (UE) está «abierta a negociar», en una rueda de prensa tras la cumbre UE-Sudáfrica que se celebró en Ciudad del Cabo.

Un acuerdo transatlántico de 1997 eliminó las barreras aduaneras entre Washington y Bruselas. Esto permitió, según la UE, un crecimiento del comercio del 450 por ciento hasta 2018, cuando la anterior administración de Trump lanzó su primera guerra comercial. Estados Unidos representa el mayor mercado internacional de las bebidas alcohólicas.

Las ventas francesas progresaron un 5 por ciento en 2024, alcanzando los 3.800 millones de euros, en particular con las exportaciones de vino y coñac, según la Federación Francesa de Exportadores de Vinos y Espirituosos. La gran mayoría de las bebidas alcohólicas procedentes de Europa entran a EE.UU. libres de impuestos, y se aplica sólo el 2 por ciento a los vinos espumantes, según la Organización Mundial del Comercio (OMC). En 2024 los licores sufrieron sin embargo las consecuencias de una investigación antidumping emprendida por China contra los aguardientes producidos en la UE.

Trump va a la guerra

Desde que volvió a la Casa Blanca en enero, Trump usó los aranceles como herramienta de presión para obtener acuerdos, como medio para proteger algunos sectores industriales y como fuente de ingresos fiscales para el gobierno federal. Hasta ahora Canadá, México y China, los tres principales socios comerciales de Estados Unidos, fueron los objetivos de Trump.Â

El presidente estadounidense impuso un arancel del 25 por ciento a los productos canadienses y mexicanos, con exenciones hasta el 2 de abril a los productos contemplados en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC). Los bienes chinos están gravados con un 20 por ciento adicional a los aranceles que ya pagaban antes de que comenzara el segundo mandato de Trump.

Aunque amenazó con atacar el comercio entre Europa y Estados Unidos, el republicano por el momento no tomó ninguna medida contra los productos europeos. Pensaba hacerlo el 2 de abril con los llamados aranceles recíprocos. La idea es gravar los productos de un país cuando entran en Estados Unidos al mismo nivel que ese Estado aplica en aduana a los bienes estadounidenses.

La respuesta de México y Canadá

Canadá empezó a aplicar este jueves una nueva ronda de aranceles a productos estadounidenses en respuesta a la guerra comercial iniciada por Trump. Los aranceles del 25 por ciento afectan a 29.800 millones de dólares canadienses (20.700 millones de dólares estadounidenses) de productos procedentes de EE.UU.: 12.600 millones de importaciones de acero, 3.000 millones de aluminio y el resto a productos como herramientas, ordenadores, equipos deportivos y productos de estampado de hierro.

Canadá dijo que los aranceles que la administración de Trump impuso al acero y aluminio canadiense violan el T-MEC, así como las normas de la OMC, por lo que ha dado pasos para iniciar procesos ante las dos instancias. Por su parte el secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, señaló que la imposición de aranceles por parte de EE.UU.Âal aluminio y acero para todos los países «es una mala idea», aunque el gobierno mexicano actuará con «sangre fría»Âante estas medidas.

«A nosotros nos parece una mala idea porque la integración entre México y Estados Unidos es muy alta, somos las dos economías más integradas. Entonces, al poner una tarifa evidentemente va a afectar a muchas industrias», apuntó Ebrard, quien agregó: «Lo que nos ha instruido la presidenta Claudia Sheinbaum, desde mi punto de vista, con la experiencia que tengo, esta estrategia de firmeza y sangre fría es la mejor estrategia posible. Y está dando resultados».