Tres Marías, un año después: la tragedia de Julia Horn marcó un antes y un después en la seguridad de montaña
Desde la muerte de la joven alemana en 2024, se reforzó la vigilancia en los principales senderos de San Juan. Hoy, con guías activos y controles en los accesos, no se registraron nuevos accidentes graves.
A un año de la trágica muerte de Julia Horn, la joven alemana que fue hallada sin vida en una quebrada del cerro Tres Marías, San Juan muestra un cambio profundo en sus políticas de seguridad en zonas de montaña. Con puestos de guías reactivados, monitoreo permanente y patrullas activas, no se han reportado accidentes de magnitud desde mayo de 2024.
Julia tenía 19 años y realizaba un voluntariado estudiantil en Argentina. El viernes 23 de mayo, salió sola a hacer senderismo por Tres Marías, uno de los cerros más visitados del Gran San Juan, y no regresó. Su cuerpo fue hallado cuatro días después en un sector de muy difícil acceso, a 15 kilómetros del sendero principal.
La búsqueda movilizó a más de 200 rescatistas, entre profesionales y voluntarios. Participaron unidades especializadas del Club Andino Mercedario, Gendarmería Nacional, Bomberos, GERAS, personal con perros rastreadores, kayakistas y pilotos de drones. El operativo fue uno de los más grandes en la historia de la provincia y se desarrolló en condiciones climáticas adversas: lluvias, neblina y temperaturas bajo cero.
“Fue uno de los momentos más emotivos y difíciles que viví como rescatista”, recuerda Sebastián Aguiar, quien participó del operativo. “Se trabajó sin descanso. Recorrimos cada quebrada, cada rincón”.
Nuevas medidas y resultados visibles
Dos meses después del hallazgo, la provincia puso nuevamente en funcionamiento los puestos de guías de montaña, que se habían desactivado en diciembre de 2023. Hoy, 70 profesionales trabajan en tres sectores estratégicos: Tres Marías, Quebrada Juan Pobre y el cerro Negro, en Punta Negra.
“Cinco meses después de que cerraran los puestos ocurrió la tragedia. La presencia de guías es clave”, sostiene Aguiar. Los equipos realizan guardias rotativas, controlan los accesos, solicitan datos a los senderistas y recorren los caminos con regularidad. Aunque no es obligatorio registrarse, la mayoría de los visitantes lo hace voluntariamente.
Desde entonces, no se reportaron nuevos accidentes de gravedad, lo que demuestra la efectividad de las medidas adoptadas.
La memoria como prevención
Julia Horn era una apasionada del trekking. Había recorrido otras provincias argentinas como parte de su programa de intercambio con la organización Youth for Understanding (YFU). En Catamarca, incluso fue recibida por el gobernador. Tenía previsto regresar a Alemania tras su visita a San Juan.
Sus padres, Cristina y Peter, viajaron desde Alemania para sumarse a la búsqueda. Su testimonio conmovió al país: “Estamos muy agradecidos por toda la ayuda que estamos recibiendo”, dijo Peter pocas horas antes de que se encontrara el cuerpo de su hija.
Hoy, la historia de Julia sigue presente en quienes frecuentan la montaña. Y también en quienes trabajan por hacerla más segura. “Ojalá su historia nos siga enseñando que en la montaña no hay lugar para la improvisación. Su memoria tiene que impulsarnos a prevenir”, cierra Aguiar.
El cerro Tres Marías, el más visitado del Gran San Juan, es también hoy una montaña más cuidada, más vigilada y más respetada. Un cambio que nació del dolor, pero que busca proteger cada vida que sube a sus senderos.
OP: Juan Llarena
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