Tragedia en Pocito: murió un joven de 19 años mientras corría una picada
Máximo Tanten era parte de un grupo de motociclistas apasionados por la velocidad. Su muerte reabre el debate sobre las carreras ilegales en San Juan.
Máximo Gabriel Tanten tenía solo 19 años y un amor marcado por la adrenalina y los motores. Su nombre comenzó a circular con fuerza este domingo, no por una hazaña, sino por una tragedia: murió en un choque mientras presuntamente participaba de una picada ilegal en la intersección de Calle 10 y Mendoza, en Pocito.
El siniestro se produjo alrededor de las 17 horas, cuando dos motos circulaban a gran velocidad por calle Mendoza. Una de ellas, conducida por Tanten, impactó violentamente contra un automóvil que cruzaba por calle 10. El otro motociclista escapó de la escena y es intensamente buscado por la Justicia.
La noticia causó conmoción en la comunidad y generó una oleada de mensajes de despedida en redes sociales. Compañeros del ambiente motor lo recordaron como un joven solidario y apasionado por las motos. “Nos dejaste sin palabras, hermano. Siempre te vamos a recordar por la excelente persona que fuiste”, escribieron desde uno de los grupos con los que compartía su afición.

Investigación en curso y tensión en el lugar del hecho
Tras el impacto, familiares del joven se hicieron presentes en el lugar del accidente y hubo momentos de tensión que obligaron a reforzar la presencia policial. La investigación, a cargo del Ministerio Público Fiscal, incluye allanamientos en busca del segundo conductor involucrado en la presunta picada.
Picadas ilegales: un fenómeno en expansión
El caso de Tanten no es aislado. Solo dos días antes, en la madrugada del viernes 7 de junio, la policía debió intervenir ante una concentración masiva de vehículos en diferentes puntos del Gran San Juan, donde se intentaban realizar carreras clandestinas.
En El Pinar y el Parque de Rivadavia, se detectaron más de 60 motocicletas y 30 automóviles reunidos con fines similares. El operativo resultó en:
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80 entrevistas a conductores,
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10 actas de infracción,
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8 motos radiadas,
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3 procedimientos por el artículo 23 del Código de Faltas,
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5 licencias de conducir retenidas.
Una práctica de alto riesgo
Las picadas ilegales continúan siendo una práctica recurrente, especialmente entre los más jóvenes. Las autoridades insisten en los riesgos que implican tanto para los participantes como para terceros. El caso de Máximo Tanten reaviva un debate urgente: ¿qué medidas se están tomando para frenar este fenómeno creciente?
Op: Juan Llarena
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