Como cada miércoles, un grupo de personas del sector pasivo reclamaron una mejora en los haberes jubilatorios. Se sumaron obreros metalúrgicos y dirigentes de partidos de izquierda

Una vez más, un grupo de jubilados acompañados por dirigentes sindicales y políticos marchan en los alrededores del Congreso de la Nación. La movilización, habitual, está fuertemente custodiada por fuerzas de seguridad que rodean al parlamento y procuran que el tránsito no sea interrumpido, como impone el protocolo antipiquetes del ministerio de Seguridad.
La convocatoria se fijó, como cada miércoles, para las 17 horas. Pasada esa hora, comenzó la marcha por los laterales del histórico edificio. Allí se produjeron tensos cruces entre los manifestantes que intentaban moverse con libertad y la policía que impidió en todo momento que la protesta descienda a la calle e interrumpa el tránsito.
Las discusiones generaron pequeños incidentes. La policía arrojó gases a quiénes les expresaron airados reclamos. También hubo empujones, insultos y presión sobre el vallado dispuesto en distintos sitios.
Los efectivos se abroquelaron formando rígidos cordones para evitar que la manifestación interrumpa el tránsito. Se desplazaron motos para despejar las calles y con firmeza los uniformados le exigieron a cada persona que se mantengan en las veredas.
La marcha se da luego de dos miércoles de tensión. Hace dos semanas se produjeron gravísimos hechos de violencia a partir de la presencia de hinchadas de fútbol que se enfrentaron con la policía. De aquella jornada resultó herido de gravedad el fotógrafo Pablo Grillo, quien aún hoy pelea por recuperar su salud en el hospital Ramos Mejías de la Ciudad de Buenos Aires.
Siete días atrás, la concurrencia también fue masiva, aunque el despliegue de las fuerzas de seguridad, imponente, logró que la protesta transcurriera sin incidentes.
En la jornada de hoy el operativo se observa diferente, sin que la sea la propia policía la que bloquea accesos.
Integrantes de la Unión Obrera Metalúrgico llegaron por avenida Rivadavia, sobre la calle, pero la policía los reubicó en la vereda de Plaza Congreso. Este movimiento se produjo sin inconvenientes. Se trata de varias decenas de manifestantes con bombos, trompetas y banderas.
El epicentro de la marcha
La esquina de Rivadavia y Callao es el sitio en donde se encuentran decenas de personas con carteles que le reclaman al Gobierno Nacional que recomponga las jubilaciones.
A unos metros, sobre la vereda de Plaza Congreso, se encuentran las banderas de la UOM. También están presentes dirigentes de SUTNA, el sindicato que representa a los trabajadores de la industria del neumático, quienes se encuentran en pleno reclamo salarial. La presencia del gremio que representa a los trabajadores del neumático obedece a que a un cuadra del Congreso, sobre Callao, se encuentra una oficina de la Secretaría de Trabajo, donde tienen lugar las negociaciones.
La manifestación se da en medio de un fuerte operativo de la policía. Los efectivos intentan encausar sobre las veredas a los manifestantes, procurando garantizar el derecho a la protesta y el derecho a circular del resto de los transeúntes y automovilistas.
De esta forma, confluyen este miércoles delegados sindicales con jubilados en una nueva edición de la protesta que tiene como fin último obtener una mejora en los ingresos.
Del operativo participan cuatro fuerzas de seguridad: Policía Federal, Prefectura, Gendarmería y Policía de Seguridad Aeroportuaria.
Aunque el despliegue es diferente al de hace una semana atrás, la presencia de los uniformados apunta a controlar el movimiento de los manifestantes.
El grupo de jubilados intenta realizar una ronda, dando una vuelta por las calles laterales al Congreso, realizando un abrazo simbólico al edificio histórico del Poder Legislativo.
La marcha
Con una bandera con la inscripción “Jubilados Insurgentes”, la marcha comenzó pasadas las 17 horas. Los efectivos de la PSA que se encontraba en la intersección de Rivadavia y Combate de los Pozos intentó forzar a los manifestantes para que caminen por la vereda. Su éxito fue dispar. Finalmente debieron acompañar la marcha, con la gente caminando y protestando sobre la calle.
Aún en medio del desorden, la policía realizó esfuerzos para que el tránsito no se interrumpa.
La movilización, habitualmente, culmina con un “semaforazo”, esto es, la permanencia en la esquina donde llegan los automovilistas y esperan el paso, comunicando allí el contenido del reclamo, el bajo nivel de los haberes y el pedido de una recomposición.
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