Sesión clave: el jueves se definiría el futuro de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla
El futuro del juez de Comodoro Py es incierto, porque divide aguas en prácticamente todos los bloques. En tanto, el pliego del académico tiene altas chances de ser rechazado. De ser así, ¿seguirá siendo juez del Máximo Tribunal? Las dos bibliotecas en pugna.

El Senado sesionará este jueves por los pliegos para la Corte Suprema de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla
Lijo, una moneda en el aire
El caso de Lijo no está del todo claro. Para empezar, divide aguas en prácticamente todos los bloques. Incluso en Unión por la Patria, que es quien tiene la llave que define el futuro del magistrado. La Corte no le aceptó, además, su licencia como juez de Comodoro Py.
En UP aseguran que el jueves “voltearán ambos pliegos”. Pero, reconocen que no hay unanimidad, como en el caso de García-Mansilla. El número de 34 podría mermar a 20. Ahora bien, Lousteau y Tagliaferri también rechazan su nombramiento por decreto.
En igual sentido irá el exoficialista Francisco Paoltroni, quien se vio condenado a la expulsión tras cuestionar al asesor presidencial, Santiago Caputo, mentor de la candidatura. El cordobés Luis Juez es otro de los que ya avisó que rechaza su pliego.
En el Frente PRO, más allá de las posturas de Tagliaferri y Juez, el resto de los senadores lo están “reflexionando”. En tanto, en la UCR, además de Lousteau también rechaza el pliego su compañero de bloque, Pablo Blanco. El resto de la bancada de la UCR sigue analizando qué postura tomar. Algunos senadores de ese espacio creen que hay que rechazar ambos pliegos, de lo contrario, se arriesgan a que entre Lijo. El fundamento, para este caso, podría ser que rechazan cualquier nombramiento –más allá de los nombres— que sea por decreto.
Como fuera, el bloque que conduce Eduardo Vischi terminará de resolver la postura esta semana. Habrá que ver cómo terminan jugando, sobre todo, aquellos que responden a sus gobernadores. Más de uno podría inclinarse en favor de Lijo.
Mientras tanto, los radicales siguen insistiendo para que el Poder Ejecutivo retire los pliegos (y así evitarían tener que pronunciarse), pero en Casa Rosada ya dejaron en claro que esa no es una opción.
Por lo pronto, más de un senador insiste con que la verdad se conocerá recién en el recinto.
La novela continúa
Suponiendo que la sesión reúna el quórum (se requieren 37 presentes) y se cumpla la promesa de UP de que voltearán ambos pliegos, lo cierto es que al caso de García-Mansilla le aguardan más capítulos porque, a diferencia de Lijo, ya integra el Máximo Tribunal.
Días atrás, el académico fundamentó ante el juez Alejo Ramos Padilla, quien tiene la causa en la que se plantea la inconstitucionalidad de los nombramientos, que “el único juez natural que podría eventualmente removerlo de su cargo, mediante juicio político, es el Congreso de la Nación. Un juez no puede remover a otro juez”. Para destituir a un miembro de la Corte por esa vía se requieren los dos tercios de ambas Cámaras. Tarea difícil de conseguir.
A la lectura de García-Mansilla, quien además insiste en que ya le tomó juramento el Máximo Tribunal, por lo que no habría ningún tipo de “arbitrariedad o ilegalidad”, se le suma una segunda lectura. Esta es que quien tiene la facultad de nombrar a los jueces de la Corte es el Senado. De pronunciarse en contra de García-Mansilla, sostienen de este lado de la biblioteca, el académico dejaría de ser miembro de la Corte de manera “automática”.
La biblioteca dividida, y la negativa de García-Mansilla de renunciar hasta el 30 de noviembre (fecha en la que vencen los nombramientos “en comisión”), podría hacer que su nombramiento termine en una disputa judicial.
¿Conclusión? La novela podría continuar y, de abrirse un debate judicial en torno a la permanencia de García-Mansilla, se abrirían nuevos capítulos. Entre ellos, la validez de la firma de este magistrado en los fallos, cuando su permanencia en el Máximo Tribunal se encuentre judicializada.
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