San Juan registrará uno de los escurrimientos más bajos de la última década.
Un informe de la UNSJ advierte que el Río San Juan tendrá un 38% menos de escurrimiento que el año pasado. La falta de nieve y la sequía persistente anticipan fuertes impactos en el consumo, la producción y la energía.
La UNSJ alertó que el escurrimiento del Río San Juan será de los más bajos en diez años. La persistente sequía y la falta de nieve en la cordillera anticipan un escenario crítico para todos los sectores productivos y de consumo.
San Juan deberá enfrentar un ciclo hidrológico con una drástica reducción de agua: el caudal proyectado para 2025-2026 será un 38% menor al del período anterior. El estudio fue realizado por el doctor ingeniero Oscar Dölling, director del Programa de Gestión Integral de Cuencas Hidrográficas de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ, quien presentó su pronóstico del escurrimiento del Río San Juan.
Según el informe, el volumen anual estimado alcanza los 773 hectómetros cúbicos (Hm³), con un máximo de 853 y un mínimo de 692 Hm³. La comparación con los 1.250 Hm³ registrados en 2024-2025 marca la magnitud de la caída. “Respecto de los últimos diez años, estamos entre un 25 y 30% por debajo del promedio histórico”, advirtió Dölling en diálogo con InfoU.
El cálculo se realizó a partir de imágenes satelitales del sensor MODIS de la NASA, que miden la superficie cubierta de nieve en la cordillera. Ese dato se utilizó para calibrar un modelo de proyección hidrológica, que permite anticipar la evolución de los caudales entre octubre de 2025 y septiembre de 2026. De acuerdo con la estimación, el caudal base de 24,5 metros cúbicos por segundo (m³/seg) se incrementará hacia diciembre, con un promedio mensual de 36,6 m³/seg, llegando a un máximo probable de 40,4 m³/seg y un piso de 32,8 m³/seg. El estudio no contempla eventuales aportes de lluvias estivales, lo que podría modificar el panorama.
El nuevo pronóstico ratifica una tendencia de escasez que San Juan arrastra desde hace más de una década y que obliga a extremar la planificación y la administración del recurso. La reducción del caudal impactará en el suministro domiciliario, el riego agrícola, la industria y la generación de energía, configurando un ciclo especialmente complejo para la provincia.
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