San Juan: Crece la venta ambulante de comida sin habilitación, impulsada por la crisis económica

Pese a no cumplir con las normativas de Bromatología, muchos vendedores ofrecen empanadas, pollos asados y sánguches en esquinas, puentes y semáforos, exponiendo a los consumidores a riesgos sanitarios.

Una problemática económica y cultural

La directora de Bromatología, Salomé Rodríguez, explicó que esta tendencia está directamente vinculada a la crisis económica. «Es una problemática sociocultural y económica. Elaborar comida es un recurso rápido y fácil, pero no está permitido ni autorizado. Sin embargo, ante problemas de dinero, la demanda crece porque la gente busca opciones más accesibles», señaló.

Riesgos para la salud

Rodríguez alertó sobre las posibles consecuencias de consumir alimentos de origen desconocido. «Hemos tenido problemas graves, como casos de carne de caballo utilizada en alimentos y precios irregulares. La gente debe entender que adquirir comida más barata sin verificar su procedencia puede causar daños irreversibles en la salud», enfatizó.

Concientización y controles

Desde la Dirección de Bromatología se trabaja en educar tanto a los consumidores como a los comerciantes sobre los riesgos de esta práctica. Rodríguez afirmó: «Estamos promoviendo una cultura de educación para que el consumidor sea consciente y reduzca la demanda, lo que impactará en la oferta».

Colaboración con los municipios

Si bien el control de la venta ambulante corresponde a las municipalidades, Bromatología trabaja en conjunto con ellas para abordar el problema. «Es necesario un esfuerzo integral de todos los sectores para disminuir esta práctica y proteger a la comunidad», concluyó Rodríguez.

La proliferación de puestos ambulantes gastronómicos refleja la difícil realidad económica, pero también plantea un desafío en términos de salud pública y regulación que requiere atención y acción conjunta.

Op: Juan Llarena