San Juan apuesta a diversificar la apicultura con abejas reinas y mieles certificadas

Con apenas 70 apicultores activos, la provincia busca ampliar la producción más allá de la miel tradicional. El objetivo es fomentar la cría de reinas, los servicios de polinización y las mieles diferenciadas que tienen alto valor en el mercado.

En San Juan, la apicultura es una actividad desarrollada por un número reducido de productores, pero con gran potencial de crecimiento. Actualmente, la provincia cuenta con 70 apicultores activos (145 registrados) y una producción anual que ronda los 108 mil kilos de miel, con un promedio de 16 kilos por colmena.

El departamento Sarmiento concentra el 15,7% de la producción, aunque gran parte de las colmenas —unas 6.725 en total— se destinan a la polinización de cultivos como cebolla, zanahoria y alfalfa, un servicio cada vez más demandado y más rentable que la producción de miel.

Desde el Área Apícola de la Dirección de Desarrollo Agropecuario del Ministerio de Producción provincial trabajan en un cambio de enfoque para impulsar alternativas que generen mayor valor agregado, como la cría de abejas reinas, la producción de polen, propóleos, jalea real y mieles certificadas. Estas últimas, como las orgánicas, kosher o con denominación de origen, pueden alcanzar precios hasta un 30% superiores a los de la miel convencional.

“San Juan tiene condiciones muy buenas para diversificar la apicultura. Queremos salir del circuito de las mieles tradicionales, que son un commodity, y apostar a productos más rentables como la miel orgánica o la cría de material vivo”, explicó Luis Tomás, responsable del área.

Uno de los territorios con mayor proyección es Valle Fértil, que, por su clima y aislamiento de cultivos intensivos, reúne las condiciones ideales para producir miel orgánica. Allí, ya existen experiencias de producción agroecológica como paso previo a la certificación.

A la par, se dictan capacitaciones y se fomenta la llegada de especialistas nacionales e internacionales en producción de reinas, buscando profesionalizar el sector y aumentar la disponibilidad de colmenas.

Sin embargo, el desafío persiste: la demanda de servicios de polinización sigue superando la oferta local, al punto que ingresan colmenas desde Mendoza. “Para cubrir la necesidad actual faltarían unas cinco mil colmenas más”, advirtió Tomás.

En ese escenario, la provincia busca que la apicultura deje de ser un nicho marginal para convertirse en una alternativa productiva estratégica, que combine servicios y productos certificados con mayor rentabilidad y proyección de exportación.

Op: Juan Llarena

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