Un médico con evidente plasticidad para ocupar cargos de gestión a ambos lados de la grieta se ocupará de la salud argentina en el futuro gobierno de Javier Milei.
Se trata del cardiólogo clínico Mario Antonio Russo, que fue secretario de Salud de las municipalidades bonaerenses de San Miguel y de Morón. El nuevo lugar que ocupará Russo llegó a conocerse por estas horas entre los miembros de su equipo más cercano de colaboradores.
Ayer al mediodía era todavía incierto si la repartición pública que conducirá Russo será un noveno ministerio o si, en cambio, Salud tendrá la forma de una secretaría de Gobierno.
Si bien está la intención de otorgarle al área la envergadura ministerial, circula una preferencia del futuro presidente por «mantener el número ocho» con respecto a las carteras ministeriales que pendan del Ejecutivo, y es en ese sentido más simbólico que práctico, quizás, que Salud podría finalmente tener la categoría de Secretaría de Gobierno.
Russo es conocido en el ambiente médico por haber trabajado algo menos de una década en el sanatorio Fleni (Buenos Aires), justo antes de abocarse a la función pública, rol que desempeñó en más de una oportunidad.
De Russo se sabe que entre 2007 y 2016 fue dos veces secretario de Salud de la Municipalidad de San Miguel, durante los mandatos consecutivos del actual senador de Juntos por el Cambio Joaquín de la Torre. Además se desempeñó como secretario de Salud del partido de Morón bajo la intendencia del macrista Ramiro Tagliaferro (2015-2019).
Pero si hay un punto destacable de su tránsito por el Estado es que actualmente figura en el organigrama de la empresa estatal Agua y Saneamientos Argentinos (Aysa), con un puesto menos ligado a la salud y más enfocado en la gestión, ya que está a cargo de las relaciones gubernamentales del ente de saneamiento del agua.
No es menor (y en realidad el dato dice bastante sobre las habilidades políticas que una fuente atribuía a Russo) que su cargo en Aysa dependa directamente del directorio del ente, liderado por Malena Galmarini, esposa del todavía ministro de Economía, Sergio Massa, que responde al peronismo.
El área de Salud atraviesa una crisis como nunca antes en todos los frentes: está operando con menos recursos humanos y stock de seguridad, frente a un faltante de medicamentos para enfermedades crónicas e insumos esenciales para estudios y tratamientos.
En cuanto al sistema privado, se optaría por una desregulación administrada en un principio hasta que se resuelva la emergencia para los prestadores. La idea en esta nueva presidencia es que los centros de salud empiecen a competir en pocos meses por la elección de los pacientes de acuerdo con la calidad de sus prestaciones.
> Con obras sociales
Enrique Rodríguez Chiantore, un especialista en salud que trabajó en los equipos de Patricia Bullrich y de Juntos por el Cambio, será el titular de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), el organismo autárquico que administra los fondos de las obras sociales.
> Esteban Leguizamo conducirá el PAMI
Esteban Leguizamo conducirá el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP), conocido como PAMI. Es la obra social de los jubilados, que tiene más de 5 millones de afiliados.
Leguizamo es señalado como «un histórico del PAMI». Hasta mediados del año pasado era el director ejecutivo de la sede porteña, la más grande que el PAMI tiene en el país. Sin embargo, quedó apartado de su cargo tras quedar involucrado en una causa judicial por desvío de fondos.
Fue en julio del año pasado, cuando el juez Julián Ercolini lo llamó a indagatoria por desvío de fondos a centros de jubilados y unidades básicas, que aparentemente pertenecían a La Cámpora, agrupación kirchnerista que -al igual que un sector del radicalismo universitario- «apadrinaría» a Leguizamo. El final de la historia en cierto sentido habilita a Leguizamo a ocupar funciones ahora: la Justicia dictó «falta de mérito».
Fuente: Diario de Cuyo
Op: Rivero Cecilia
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