Robert F. Kennedy Jr., acusado por su prima de «depredador» y «antivacunas»
El sobrino de JFK fue puesto bajo escrutinio por su cruzada contra las vacunas y quedó expuesto por la única hija del asesinado presidente.
Robert F. Kennedy Jr. (RFK), el candidato para dirigir el Departamento de Salud del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, enfrenta duras críticas de cara a su confirmación en el Senado este miércoles. Durante una tensa audiencia, los miembros de la cámara alta centraron sus reproches sobre las controvertidas posturas sobre las vacunas y el aborto, críticas que compartió su prima, Caroline Kennedy, hija del asesinado presidente John F. Kennedy.
El senador por Oregón, el demócrata Ron Wyden, fue contundente al interrogar a Kennedy Jr. sobre sus opiniones contra las vacunas, citando al candidato diciendo que «ninguna vacuna es segura y eficaz» durante una aparición en un podcast en 2023.
En respuesta, el convertido republicano intentó matizar sus declaraciones, asegurando que no es «antivacunas» sino «proseguridad», y que no hará nada como secretario de Salud que «dificulte o desanime a las personas a recibir cualquier vacuna».
En el pasado, fue un defensor vocal de diversas teorías conspirativas relacionadas con las vacunas contra el Covid-19 y su supuesto vínculo con el autismo.
El heredero de la dinastía Kennedy también alineó sus opiniones sobre el aborto con las Trump, aunque en el pasado había defendido el derecho al aborto, en un intento de ganar el apoyo de los republicanos.
Robert «el depredador»
El martes, la única hija del expresidente demócrata había comunicado su oposición a la nominación de su primo, en una carta enviada al Senado. En la misma, Caroline lo calificó de «depredador«, acusándolo de influir negativamente en la vida de varios miembros de la familia, llevándolos «por el camino de la adicción».
Caroline argumenta que su primo «Bobby» es «adicto a la atención al poder» y señala su supuesta «hipocresía» de desaconsejar la vacunación públicamente, mientras que sus propios hijos son vacunados, señalando que esta «cruzada contra las vacunas» le sirvió para enriquecerse.
Su carta concluyó recordando que, tanto su padre como otros miembros de su familia, estarían «profundamente disgustados» con la postura de Robert, y aseguró que el sistema de salud del país y sus ciudadanos «merecen más que Bobby Kennedy».
Si es confirmado, el sobrino de JFK, a sus 71 años, estaría a cargo de una agencia federal con más de 80,000 empleados y un presupuesto de 1.7 billones de dólares, responsable de la salud de más de 340 millones de personas en Estados Unidos.
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