Reservas: el Gobierno pidió un “waiver” al FMI para asegurar el desembolso de u$s2.000 millones
Presionado por la suba del dólar, el Gobierno pidió al FMI que considere otorgar una dispensa. Milei quiere que el Directorio del organismo lo trate este mes, pero podría llegar recién en septiembre.
La solicitud del waiver: urgencia y obstáculos para llegar a las elecciones
La solicitud del “waiver” presentada esta semana busca evitar que el incumplimiento de la meta de reservas descarrile el programa con el FMI. Según fuentes consultadas, el equipo económico argentino presiona -el verbo es excesivo- para que el Directorio Ejecutivo del organismo evalúe el pedido antes de su receso estival, que comienza a fines de julio. Sin embargo, el cronograma del FMI sugiere que la reunión del Directorio podría demorarse hasta agosto o septiembre, lo que retrasaría el desembolso de u$s2.000 millones hasta el noveno mes del año.

Las negociaciones, que comenzaron la semana pasada en Buenos Aires con una misión técnica liderada por Bikas Joshi, jefe de misión para Argentina, han sido calificadas como “altamente constructivas”. Según se dijo, el FMI reconoce los avances en la consolidación fiscal y la reciente flexibilización del cepo cambiario, que marcó la transición a un régimen de flotación con bandas. No obstante, la falta de confirmación sobre la aprobación del “waiver” genera incertidumbre, ya que el organismo debe balancear la flexibilidad con las exigencias de sus países miembros.
El historial del FMI con Argentina ofrece motivos para el optimismo. En revisiones previas (2022, 2023 y 2024), el organismo otorgó dispensas similares cuando el país demostró avances en otras metas. Analistas como Claudio Loser, exdirector del FMI, y el ex secretario de Finanzas Daniel Marx consideran que la probabilidad de aprobación es alta, aunque podría implicar un recalibramiento de las metas de reservas para los próximos trimestres, ajustándolas a las limitaciones estructurales.
En el equipo económico creen que la solicitud del “waiver” se enmarca en un escenario geopolítico favorable para Argentina, gracias a la alineación entre el presidente Milei y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cuyo respaldo en el Directorio del FMI podría facilitar la aprobación. Sin embargo, países como Alemania, Japón y Países Bajos han expresado reservas sobre la exposición del FMI a Argentina, que acumula una deuda de u$s41.000 millones desde 2018, además de los u$s20.000 millones del programa actual.
A este panorama se suma la incertidumbre generada por el fallo judicial en Nueva York, que obliga al país a entregar el 51% de las acciones de YPF a fondos demandantes. Este litigio, que podría implicar un costo de u$s16.000 millones, representa un riesgo para las reservas y el acceso a los mercados internacionales. Aunque el tema no está directamente ligado a la revisión del programa, el FMI lo monitorea de cerca, consciente de su impacto potencial en la estabilidad financiera del país.
Implicancias económicas y sociales
En la city creen que el desembolso de u$s2.000 millones es crucial para reforzar las reservas del Banco Central, que enfrenta una presión constante por la necesidad de cumplir con obligaciones internacionales y sostener la estabilidad cambiaria. La economía viene de contraerse en 2024 y, según el Gobierno, en 2025 se alcanzará un crecimiento de 5,5%, una cifra que coincide prácticamente con el 5% estimado por el FMI. Sin embargo, el déficit de cuenta corriente, alimentado por un aumento de las importaciones, sigue siendo un obstáculo para la acumulación de reservas.
El equipo económico, liderado por Quirno y Daza, defiende que el déficit de cuenta corriente es “razonable” en una economía en transición hacia la apertura comercial. Además, destacan estrategias alternativas para fortalecer las reservas, como operaciones de “block trade” y la emisión de bonos BONTE, que han permitido captar divisas sin presionar el mercado cambiario. No obstante, las reformas económicas del Gobierno, que incluyen recortes de subsidios y desregulaciones, enfrentan crecientes tensiones sociales, con protestas que podrían intensificarse si la inflación y el ajuste fiscal persisten.
Fuente: ÁMBITO
Por: G. Herrera
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