El expresidente reasumió la titularidad del partido. Cuestionó equipos y entorno del libertario. Mostró avales masivos a su liderazgo dentro del sello amarillo. Reafirmó que no se fusionará con La Libertad Avanza.
Señales hacia las carencias
Parte de la puesta en escena apuntó a dar señales dirigidas a Milei. Una forma de decirle al Presidente que el PRO tiene lo que le falta a LLA. El panel de intendentes (Esteban Allasino –Luján de Cuyo-, Guillermo Montenegro –General Pueyrredón-, Ramón Lanús –San Isidro-, Adela Arning –Mendiolaza-) y la presencia de mandatarios (Rogelio Frigerio –Entre Ríos-, Ignacio Torres –Chubut- y Jorge Macri –CABA-) intentó reflejar la capilaridad que consiguió el sello amarillo. Los gobernadores habían tenido horas antes una áspera reunión con Guillermo Francos, con reclamos a granel.
Asimismo, hubo un panel de nuevas generaciones, que abonó la idea de continuidad. Participaron Soledad Martínez, Martín Yeza, Facundo Carletti. El angelicismo dijo presente, representado en Gribaudo y Rovello. También estaba Andrés Ibarra. Dietrich, Bergman, Triaca, García Moritán, Lombardi, Ritondo, Scaglia, Grindetti estuvieron en La Boca. Y quien más aplausos cosechó fue Esteban Bullrich.
«A pesar del entorno»
La relación entre Macri y Milei fue escalando en tensiones, a partir de la decisión del Presidente de prescindir del PRO en la administración libertaria. Y tuvo momentos álgidos tras la decisión de correr a Bullrich del órgano partidario encargado de entablar alianzas electorales, que quedó en manos de Martín Yeza, diputado nacional y exintendente de Pinamar. Así, quedó descartada la fusión con LLA que pregona Bullrich. «El Presidente de la Nación nos ha propuesto una fusión y, por la relación de afecto y respeto mutuo, le expresé que en el siglo XXI nadie se casa sin conocerse y convivir», dijo Macri.
En el PRO insisten en que falta “demasiado” para 2025 y que el ordenamiento se dará “de abajo hacia arriba”. Tampoco imaginan un escenario de explosión de la imagen positiva de Milei de acá a diez meses que los obligue a ir al pie del Presidente. “El camino llevará a algún tipo de alianza de manera natural, pero sin que nos impongan nada”, mencionaron desde La Boca.
La reaparición de Macri tuvo como marco el encuentro que esta semana mantuvo con Milei, cuatro horas en Olivos, donde el expresidente le adelantó su discurso. Para el fundador del PRO las diferencias fueron creciendo, y uno de los puntos de imposible reconciliación pasa por la nominación de la Casa Rosada al juez Ariel Lijo para ocupar un lugar en la Corte Suprema. El lugar menor que tuvo en Tucumán durante la firma del Pacto Mayo fue otra estocada que no logró digerir el líder del PRO.
También el retorno de Macri se dio luego de los chispazos con Santiago Caputo y con Karina Milei. Son, cree Macri, el principal obstáculo a que Milei abra las puertas de la administración nacional a la llegada de dirigentes amarillos, como por ejemplo Guillermo Dietrich. Mensajes del asesor estrella vía redes sociales (desde cuentas que le responden) contra Macri hicieron detonar la relación. Hábil, Caputo se deshizo en elogios a Macri en la previa de su aparición en La Boca. «Ayudar a pesar del entorno», afirmó Macri en el escenario.
Otro punto que marcó la jornada fue que, hasta el jueves a la noche, había caído en saco roto la promesa del ministro de Economía Luis Caputo a Jorge Macri, respecto a acatar el fallo de la Corte Suprema que obliga a restituir a CABA los fondos coparticipables quitados en la era Alberto Fernández. “Hasta ahora recibimos el 1,4%”, decían desde Parque Patricios, sede del Gobierno porteño. Es decir, no se elevó el porcentaje al 2,95% prometido y que había reclamado el propio Macri tras la aprobación de la Ley Bases. En Nación aseguraron que pronto se hará efectivo el saldo restante.
En materia de reclamos, los gobernadores de Juntos por el Cambio, incluidos los tres del PRO, se fueron con una sensación amarga de la Casa Rosada. Pidieron que se cumplan promesas de fondos, de obras, que se giren montos por deudas previsionales, importes adeudados del Pacto Fiscal 2017, o que al menos Nación sea menos voraz al momento de cobrarle a las provincias. La falta de gestión, también, fue la mayor crítica al Gobierno, y exigieron plazos y respuestas concretas.
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