Protestas en Francia para apoyar a Gisèle Pelicot, víctima de múltiples violaciones
En París, Más de 3.500 manifestantes, mujeres y hombres, reunidos en la plaza de la República, corearon consignas como «Ya no estás sola» o «Violador, te vemos; víctima, te creemos».
Al sur, en Marsella, los participantes en la protesta -que superaban los 1.000, según los organizadores- colgaron una pancarta en el palacio de justicia en la que se leía: «Para que la vergüenza cambie de bando». «Requiere mucho valor por su parte pero era fundamental, con esto se pueden ver los rostros de su marido y de todos los demás, ver que no eran marginales sino ‘buenos padres de familia'», subrayó Justine Imbert, de 34 años, que se manifestó en esa ciudad con su hija de seis años.
En todas las protestas, los participantes exigieron que estos temas dejen de ser tabú y que este proceso sirva para que la sociedad y los poderes públicos actúen. «Este juicio mediático hará que se hable de ello, despertará las conciencias«, declaró Martine Ragon, una jubilada de 74 años que salió a las calles en Marsella para «denunciar la cultura de la violación».
«Cuando leí la historia, sentí asco, incluso asco de ser un hombre […]. Espero que haya una verdadera condena, un verdadero ejemplo», dijo, por su parte, a la AFP Stéphane Boufferet, de 26 años, trabajador en el sector agrícola que protestó junto a unas 200 personas en Clermont-Ferrand, en el centro del país.
Cómo continúa el juicio
Los acusados se enfrentan a hasta 20 años de prisión en este juicio, con Roger Arata como presidente del tribunal, que debe durar hasta el 20 de diciembre. La próxima semana está previsto el primer interrogatorio a su marido, con quien actualmente está en instancias de divorcio.
«Se explicará, se justificará, si es que tiene alguna justificación, porque es imperdonable«, declaró la abogada del acusado, Béatrice Zavarro, indicando que su cliente que siguió la declaración de su esposa cabizbajo, «se derrumbó» durante el receso.
La mujer quiso realizar este juicio como un ejemplo sobre el uso de los medicamentos en las violaciones y, al inicio del proceso, rechazó que éste se realizara a puerta cerrada como pidieron en vano la fiscalía y parte de la defensa.
«Hablo por todas estas mujeres que son drogadas y no lo saben, en nombre de todas estas mujeres que quizás no lo sabrán nunca» remarcó la víctima y agregó que su fin y objetivo de hablar es «para que ninguna mujer más tenga que sufrir la sumisión química«.
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