El Instituto Nacional de Vitivinicultura ha revelado sus proyecciones para la cosecha del presente año, y según sus estimaciones, se espera un incremento del 16% en la producción de uva en comparación con el año 2023, que fue considerado el año de menor producción en la historia de la vitivinicultura local. Entre las provincias del Norte, San Juan se destaca como la segunda con mayor mejora.
Estas cifras coinciden con las expectativas del sector empresarial, que ya anticipaba una mejora de entre el 10% y el 15% en la producción para la vendimia actual. Esta noticia marca el tono de las negociaciones en curso sobre el precio del kilo de uva, que ha generado posturas divergentes entre viñateros y bodegueros.
La perspectiva de un aumento en la oferta de uva plantea la posibilidad de una disminución en los precios, siempre y cuando la demanda en el sector industrial vitivinícola no aumente en la misma medida. Esta discrepancia ya se manifestó en enero entre los participantes de la cadena productiva. Mientras los bodegueros alegan tener un excedente de stock y han experimentado una disminución en las ventas, afirman no poder absorber el aumento en la cosecha y mucho menos costear los precios solicitados por los viñateros. Estos últimos, a su vez, han demandado un ajuste acorde con la inflación.
El desacuerdo en las posturas entre ambas partes en la cadena productiva plantea desafíos en las negociaciones del precio del kilo de uva, y el desenlace de estas discusiones tendrá un impacto significativo en el sector vitivinícola local.
Los comentarios están cerrados.