Por qué es necesaria una Justicia con perspectiva de género

Benita S. tiene 30 años, es paraguaya, migrante y madre de tres hijos. Vive en Argentina con los dos más chicos, de 9 años y 1 año y medio; su hija mayor, de 13, está en Paraguay al cuidado de su familia materna. Benita es jefa de un hogar monomarental y sobreviviente de múltiples violencias que marcaron su vida desde la infancia, según contaron a Página 12 en Somos Cupo, una organización del Movimiento Evita donde venía trabajando hace algunos años. Benita está con prisión domiciliaria y será juzgada por homicidio agravado por el vínculo, tras defenderse de su pareja. El juicio empezó este martes, en coincidencia con el décimo aniversario de la histórica marcha de Ni Una Menos.
“Creció en una zona rural guaraní, en un contexto de extrema vulnerabilidad social, con escaso acceso a la educación y atravesada por abusos y violencia intrafamiliar. A los 14 años dio a luz a su primera hija”, relató a este diario Rosana Humbert, integrante de Somos Cupo. Benita está viviendo con sus hijos en un espacio comunitario de la agrupación, en el partido bonaerense de Esteban Echeverría.
Humbert contó que la mujer migró a Argentina hace unos 12 años junto a una expareja, padre de su segundo hijo. Y durante nueve años fue víctima de violencia física y sexual. “Pese a no estar alfabetizada al llegar al país y tener un manejo muy limitado del español, logró solicitar una medida perimetral y poner fin a esa relación”, destacó Humbert.
Tiempo después, conoció al padre de su tercera hija. “Esta nueva pareja también la sometió a violencia de género. Él tenía un consumo problemático de alcohol y se volvía extremadamente agresivo bajo sus efectos. La violencia se intensificó durante el embarazo, poniendo en riesgo la vida de Benita y la del bebé”, agregó. Vivían juntos en el barrio 9 de Enero, de Echeverría. Ella participaba en espacios de formación de Somos Cupo, donde terminó de adulta la primaria, y además, trabajaba en actividades comunitarias como el comedor y el merendero.
El hecho por el que será juzgada ocurrió el domingo 18 de junio de 2023. Era el Día del Padre. Benita cursaba el tercer mes de embarazo. “En presencia de su hijo pequeño, ella fue brutalmente atacada por su pareja, quien llegó a la vivienda en estado de ebriedad. Y en un acto desesperado para proteger su vida y la de sus hijos, Benita se defendió con un cuchillo de cocina. El hombre resultó gravemente herido. Ella lo trasladó al Hospital Santamarina, de Monte Grande, donde al parecer llegó muerto”, siguió Humbert.
Benita quedó inmediatamente detenida. Primero en una comisaría y luego en la Alcaidía de Lomas de Zamora. Finalmente obtuvo el beneficio de la prisión domiciliaria. Está acusada de homicidio agravado por el vínculo y podrían aplicarle la pena máxima. Su defensa, a cargo del defensor oficial, Gastón Carrizo, buscará demostrar que se trató de un caso de legítima defensa.
“Ella se defendió. La realidad es que su vida cambió para siempre. Quedó muy afectada anímicamente. Estuvo muy triste mucho tiempo”, señaló Humbert. Benita no tiene más familia en el país que un hermano, que vive en el norte de la provincia de Buenos Aires.
El juicio oral empezó este martes a las 8 hs. en el Tribunal Oral en lo Criminal N.º 2 de Lomas de Zamora, presidido por el juez Ignacio Etchepare. Están previstas dos audiencias, la segunda el jueves, y el fallo se podría conocer la semana próxima.
“La historia de Benita podría haber terminado como tantas otras: con un femicidio. Pero ella eligió vivir. Eligió proteger a sus hijos. Por ese acto de defensa y preservación, hoy enfrenta la posibilidad de ser condenada a la pena máxima. Su caso exige una mirada con perspectiva de género y derechos humanos”, concluyó Humbert.
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