Miles de personas despidieron este viernes al opositor ruso Alexey Navalny en un funeral en Moscú en el que sus simpatizantes entonaron cánticos contra la invasión a Ucrania y lanzaron críticas al presidente Vladimir Putin, a quien acusan de haberlo asesinado, mientras en todo el país hubo al menos 91 detenciones en concentraciones en apoyo al activista, fallecido hace dos semanas en prisión.
Tras una breve ceremonia en una iglesia de Marino, un distrito del sureste de la capital rusa, sus restos fueron enterrados en el cementerio cercano de Borisovo, constataron periodistas de la agencia de noticias AFP.
Con flores, algunos llorando, los simpatizantes de Navalny se concentraron cerca del cementerio y de la iglesia, y muchos corearon lemas contra el Kremlin y contra su ofensiva en Ucrania, como «¡No a la guerra!» o «¡No te olvidaremos!».
En el momento del entierro se escuchó la banda sonora de la película «Terminator 2», que el fallecido ensalzaba como «el mejor filme jamás realizado», indicó la que fuera su portavoz, Kira Yarmish.
El funeral tuvo lugar dos semanas después de la muerte del opositor de 47 años en una prisión en el Ártico en circunstancias todavía por esclarecer.
Sus colaboradores, su viuda y los países occidentales acusan a Putin de ser responsable de su muerte, señalamiento que es rechazado de plano por el Kremlin.
Según los servicios penitenciarios rusos, falleció tras haberse sentido mal «después de un paseo».
El cuerpo de Navalny estuvo retenido durante ocho días, un retraso que su equipo atribuye a un intento de encubrir la causa de la muerte.
Decenas de miembros de las fuerzas de seguridad fueron desplegados en la zona del funeral y las autoridades delimitaron con barreras metálicas el camino entre la iglesia y el cementerio.
Tres figuras destacadas de la oposición rusa, Evegueni Roizman, Boris Nadezhdin y Ekaterina Duntsova, así como los embajadores de Francia y Alemania, asistieron a las exequias.
A la iglesia solo pudo entrar un reducido número de personas. Allí, como manda el rito ortodoxo, el cuerpo del opositor fue expuesto por primera vez al público, cubierto de flores rojas y blancas.
Entre ellos estaban la madre de Navalny, Liudmila Navalnay, que estuvo más de una semana en el Ártico ruso esperando que le entregaran el cuerpo, así como su padre Anatoly.
El coche fúnebre llegó al lugar entre los aplausos de miles de personas, en fila, custodiadas por policías antidisturbios.
Muchos de los familiares de Navalny, entre ellos su mujer Yulia, sus dos hijos y su hermano Oleg, viven fuera de Rusia y no asistieron al funeral. Su vuelta al país podría haberles valido ser detenidos.
La viuda agradeció a su marido «esos 26 años de felicidad absoluta», en un mensaje de despedida publicado en redes sociales.
«No sé cómo voy a vivir sin ti, pero haré lo que pueda para que allá arriba estés contento y orgulloso de mí. Siempre te querré»Yulia, viuda de Navalny
«No sé cómo voy a vivir sin ti, pero haré lo que pueda para que allá arriba estés contento y orgulloso de mí. Siempre te querré», expresó.
El hermano del opositor publicó fotos en las que aparecían los dos juntos, y escribió: «Duerme tranquilo, hermano, y no te preocupes por nada».
El equipo de Navalny había llamado a acudir a la iglesia y despedirse del fallecido, y a concentrarse en otras ciudades y en el extranjero, delante de memoriales para honrar su memoria, a dos semanas de las elecciones presidenciales del 15 al 17 de marzo, en las que se da por segura la reelección de Putin.
Manifestación y detenidos
En este sentido, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, advirtió que cualquier manifestación «no autorizada» con motivo del funeral podría ser sancionada.
Durante su rueda de prensa diaria, Peskov afirmó también que no tenía «nada que decirle» a la familia del difunto.
En los días posteriores a la muerte de Navalny, cerca de 400 personas fueron detenidas por la policía en varias concentraciones improvisadas.
Según la ONG OVD-Info las fuerzas de seguridad arrestaron este viernes a al menos 91 personas en todo el país, 14 de ellas en la capital, en diferentes concentraciones en homenaje al ex activista.
«No tengo miedo», declaró Alexandra Markova, tras ser detenida en San Petersburgo mientras realizaba un piquete solitario.
Cinco personas, entre ellas una mujer de más de 70 años, fueron detenidas en Kazán mientras depositaban flores en el monumento a las víctimas de la represión política.
En tanto, cerca de 300 personas se concentraron frente a la embajada rusa en Londres, la capital de Reino Unido, y hubo actos en memoria de Navalny en Berlín y Belgrado, mientras que decenas de personas se congregaron en silencio cerca de la Torre Eiffell en París.
El detractor número uno de Putin
Navalny, abogado y bloguero, se consolidó a lo largo de 12 años como el detractor número uno de Putin y de su «partido de ladrones y estafadores», como solía describirlo.
Primero se dio a conocer ayudando a organizar grandes manifestaciones, en 2011 y 2012, que finalmente fueron reprimidas, y en 2013 quedó segundo en las elecciones municipales de Moscú, un logro que impulsó su visibilidad.
Acosado por las autoridades e ignorado por los medios de comunicación oficiales, construyó una notoriedad en Internet y en las redes, gracias a la difusión de investigaciones en video virales que denunciaban la corrupción del poder ruso.
En enero de 2021 fue detenido al regresar a su país tras recuperarse en Alemania, donde fue hospitalizado tras ser víctima de un envenenamiento en Rusia que atribuyó a Putin, algo que el Kremlin negó.
Desde su arresto fue condenado a altas penas de cárcel tras ser acusado de «extremismo» y «fraude».
En agosto del año pasado fue condenado a 19 años de prisión y hasta mediados de diciembre estuvo detenido en una cárcel de máxima seguridad cerca de Moscú hasta que fue trasladado a Jarp, en el Ártico ruso.
Por: Rodo Galdeano
Fuente: Télam
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