El 8 de diciembre, unos 3.000 fieles participaron en la tradicional procesión en honor a la Virgen María en Concepción, en la que, además de rezos y agradecimientos, muchos peregrinos aprovecharon para hacer pedidos por mayor seguridad y menos violencia en el país.
Marcos Peralta, uno de los participantes, expresó su preocupación por la violencia y la inseguridad que afecta a su familia, pidiendo protección para sus hijos. Otros como Mónica Riveros también compartieron su inquietud por el futuro de los niños, pidiendo la intercesión de la Virgen para proteger a las nuevas generaciones.
La procesión comenzó antes de las 5 de la mañana, con la aparición de la imagen de la Virgen, seguida por un gran aplauso de la multitud. A lo largo del recorrido, las familias, amigos y peregrinos hicieron paradas para rezar y pedir protección. Teresa Escudero, por ejemplo, levantó su mano y pidió a la Virgen: «Madre, protégenos de toda maldad.»
A pesar de la lluvia, las personas no se dejaron disuadir y se unieron a la procesión, que avanzó a un ritmo más lento que en otras ocasiones, con paradas en puntos clave para rezar el Padre Nuestro y el Ave María. La procesión finalizó en el Santuario de la Inmaculada Concepción, donde se celebraron misas a lo largo del día.
En resumen, la peregrinación de este año se caracterizó por la devoción de los fieles, pero también por un llamado común a la Virgen para pedir protección contra la creciente violencia y la inseguridad que afecta al país.
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