La Mesa Vitícola ha instado a la prudencia en la elaboración de las estimaciones de escurrimiento de agua para la temporada 2024/25, subrayando la importancia de que estas proyecciones sean «realistas y criteriosas». Según el sector, un error como el ocurrido el año pasado podría tener graves consecuencias en la distribución de agua y la producción agrícola durante el resto del año.
El sector agrícola de San Juan, que depende en gran medida de estos pronósticos para planificar sus campañas, expresó su preocupación de que una estimación imprecisa afecte negativamente la distribución del agua, impactando la producción hasta finales de 2024. En una región árida como San Juan, el pronóstico hídrico es un factor clave para la gestión del recurso, y tradicionalmente ha sido confiable, con un margen de error aproximado del 5%. Sin embargo, la Mesa Vitícola señaló que el año pasado se estimaron 732 hectómetros cúbicos de escurrimiento, pero la cifra real superó los 1.000 hectómetros, una diferencia cercana al 40%.
Pablo Martín, presidente de la Mesa Vitícola, destacó la necesidad de que los responsables sean «lo más criteriosos y realistas posibles». Un pronóstico incorrecto no solo afecta a la agricultura, sino también a la gestión general del agua, obligando a un mayor uso de pozos públicos y a la consiguiente extracción de napas, lo que implica un elevado consumo energético. Martín advirtió: “El daño que sufre una planta por falta de agua hoy no se recupera en enero”.
A medida que se aproxima el anuncio oficial del pronóstico hídrico, la Mesa Vitícola subrayó la urgencia de volver a los estándares previos de precisión en las estimaciones. Estos son fundamentales para que los productores puedan planificar adecuadamente sus actividades y evitar pérdidas irreparables en el sector agrícola. “Un error de esta magnitud podría significar una distribución deficiente hasta diciembre”, concluyó Martín.
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