Más de 2.300 sanjuaninos cumplen penas en libertad: así se trabaja para evitar la reincidencia

El Patronato Provincial acompaña a quienes recuperan la libertad, ofreciendo orientación, educación y capacitación laboral para facilitar su reinserción social.

La Dirección de Protección al Preso, Liberado y Excarcelado, históricamente conocida como Patronato, supervisa a más de 2.300 personas que cumplen condenas fuera del penal en San Juan, tanto del fuero provincial como federal. Su principal objetivo es garantizar un acompañamiento integral que promueva la reinserción social, laboral y comunitaria, reduciendo la reincidencia delictiva.

Su directora, la doctora Gabriela Riveros, explicó que la labor comienza apenas la persona recibe su libertad: “Debe presentarse en el Patronato dentro de las 48 a 72 horas posteriores. A partir de ese momento empieza nuestra tarea de acompañamiento y supervisión”, señaló.

El equipo interdisciplinario —psicólogos, trabajadores sociales y abogados— realiza una entrevista de admisión para evaluar la situación social, emocional y sanitaria. Se detectan, por ejemplo, casos de ansiedad, consumo problemático o dificultades para reinsertarse, y se derivan a programas de salud, tratamiento o educación según corresponda.

Además, quienes deben cumplir reglas de conducta impuestas por la Justicia, como asistir a terapias o iniciar tratamientos, reciben orientación y acompañamiento para cumplirlas cerca de su domicilio.

El Patronato también impulsa la educación formal y la capacitación laboral. Actualmente, el 15% de las personas supervisadas no terminó la secundaria y el 10% no completó la primaria. Por eso, se promueve la finalización de estudios y se dictan cursos de oficios como electricidad, peluquería o barbería, dentro y fuera del Servicio Penitenciario, para facilitar oportunidades laborales concretas.

“La meta es que cada persona pueda elegir un estilo de vida distinto, alejado del delito. Vemos muchas historias de superación que demuestran que se puede”, expresó Riveros, destacando el trabajo silencioso pero fundamental del equipo interdisciplinario.

La directora resaltó también la colaboración con el Servicio Penitenciario, los ministerios de Salud y Desarrollo Humano, y el Poder Judicial, que permite dar respuestas rápidas ante situaciones críticas.

“Es un proceso complejo porque la sociedad sigue siendo dura y hay estigmatización hacia quienes estuvieron privados de la libertad. Sin embargo, la mayoría quiere reinsertarse y necesita contención y oportunidades reales”, concluyó Riveros, invitando a la comunidad a ofrecer segundas oportunidades a quienes cumplen su pena y muestran compromiso.

Op: Juan Llarena

Los comentarios están cerrados.