Mal de los rastrojos: ¿qué es? y ¿cómo prevenirlo?

La Fiebre Hemorrágica Argentina es una enfermedad viral aguda grave, producida por el virus Junín, comúnmente conocida como “el mal de los rastrojos”.

Mal de los rastrojos: ¿qué es? y ¿cómo prevenirlo?

«El mal de los rastrojos», como se conoce a la Fiebre Hemorrágica Argentina (FHA), es una enfermedad viral aguda grave, producida por el virus Junín. Si bien se transmite principalmente entre roedores, siendo el “ratón maicero” su reservorio, el ser humano puede contagiarse de manera accidental a partir del contacto directo con las secreciones y excretas de estos animales.

Durante la década del 50, la FHA representó un desafío para la Argentina y, si bien durante las décadas siguientes se lograron avances significativos para el manejo de la situación sanitaria, el pico máximo logró superar los 3000 contagios anuales. Fue recién en los 90, con la introducción de la vacuna preventiva Candid # 1, que se comenzaron a informar por año entre 15 y 50 casos de Fiebre Hemorrágica Argentina en el país.

Suele darse en ámbitos rurales, domésticos y en hábitat lineales como caminos, sembradíos y líneas férreas. La zona endémica en Argentina corresponde al sur de Santa Fe, sur de Córdoba, norte, centro y sudeste de Buenos Aires y noreste de La Pampa, y se estima que 5 millones de personas están en riesgo de contraer esta enfermedad. Si bien el período de mayor incidencia suele desarrollarse desde marzo a octubre, pueden aparecer casos durante todo el año, por eso se recomienda la vacunación como la medida de prevención más eficaz.

Síntomas

Los síntomas iniciales son similares a los del dengue, comienzan con fiebre acompañada de cefalea, dolores musculares y articular, y la posible aparición de sangrados. Es importante evitar automedicarse y consultar con el médico.
La detección temprana es fundamental porque existe un tratamiento específico eficaz para esta enfermedad, que es la administración de plasma inmune (plasma extraído de personas que han tenido la enfermedad y han curado). El plasma se debe transfundir dentro de la primera semana desde el inicio de los síntomas, en dosis establecidas de anticuerpos neutralizantes. Su uso en la segunda semana de la enfermedad no demostró eficacia.

¿Cómo podemos prevenirla?

 – Mantener una higiene cuidadosa, principalmente de las manos, y cambio de vestimenta cada vez que se hayan frecuentado zonas con roedores.
 – No introducir tallos, hojas o granos en la boca.
 – No acostarse sobre bolsas o en el suelo.
 – Comer y dormir en habitaciones limpias.
 – Usar calzado cerrado.
 – Mantener limpios y desmalezados los alrededores de la vivienda para evitar que las lauchas se acerquen a ella, así como también los espacios de juegos de los niños.

¿Quiénes deben vacunarse?

 – Hombres y mujeres de entre 15 y 65 años que residan, desarrollen actividades o viajen al área endémica de las provincias de Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba y La Pampa.

 – No se recomienda la vacunación a mujeres embarazadas o que estén en períodos de lactancia, personas con déficit inmunitario congénito o adquirido, personas que estén cursando cuadros febriles, afecciones crónicas malignas o descompensadas que puedan afectar la respuesta inmune y personas bajo terapias inmunodepresoras en el momento de la vacunación.

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