Los haberes de los senadores aumentaron un 400% en abril, cuando la dieta pasó de $1,9 millones a $7.867.171 brutos.
A partir del 1 de enero de 2025, las dietas de los senadores de la Nación sufrirán un incremento significativo, alcanzando los $9,5 millones mensuales brutos, según lo estipulado por la ley de enganche implementada desde la gestión de Cristina Kirchner. Este aumento se produce tras la finalización del congelamiento salarial vigente hasta el 31 de diciembre de 2024.
El rol de Victoria Villarruel en el debate
La vicepresidenta y presidenta del Senado, Victoria Villarruel, tocó el tema durante una conferencia de prensa posterior a la última sesión especial. Villarruel instó a los senadores a debatir sobre la posibilidad de mantener el congelamiento, destacando: «Los legisladores deben estar a la altura de las circunstancias».
Sin embargo, aclaró que la decisión depende de los propios senadores. En su entorno justificaron la postura de mantener las dietas congeladas argumentando que estas ya son significativamente más altas que las de los diputados.
Aumentos previos y contexto económico
El aumento actual se suma a una suba previa del 400% registrada en abril de 2024, cuando las dietas pasaron de $1,9 millones a $7,8 millones brutos. Tras los descuentos, el ingreso neto, incluyendo gastos de representación y desarraigo, quedó en $7,1 millones. Con la nueva actualización, el salario bruto superará los $9,5 millones, lo que generó fuertes críticas en un contexto económico marcado por una inflación interanual cercana al 166%.
En contraste, los diputados nacionales, al no estar sujetos a la ley de enganche, perciben salarios notablemente inferiores. Actualmente, sus ingresos rondan los $3,5 millones, más $625 mil en concepto de desarraigo.
Posibles soluciones y debate pendiente
El Senado no prevé tratar el tema antes de marzo de 2025, ya que no se realizarán sesiones hasta el inicio del período ordinario. Una opción que se baraja es que Villarruel prorrogue el congelamiento mediante una resolución especial. Sin embargo, los senadores parecen inclinados hacia una actualización moderada, considerando el impacto inflacionario.
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