Los inesperados lugares donde fueron vistas auroras boreales a causa de la tormenta geomagnética
Anoche, millones de personas en cientos de ciudades disfrutaron de un espectáculo poco habitual para sus latitudes. El fenómeno en el cielo se observó en numerosas zonas de EEUU., y Europa.
En una de las exhibiciones más asombrosas de la naturaleza, una aurora boreal volvió a iluminar el cielo, no solo en las regiones polares donde normalmente es visible, sino en varias ciudades de Europa, Rusia y América del Norte.
Este fenómeno ha capturado la atención de expertos y aficionados, quienes han sido testigos de uno de los eventos más intensos del año debido a la alta actividad solar actual, lo que ha permitido que las auroras lleguen a latitudes inusuales, las cuales han sido retratadas en varias redes sociales, causando un fenómeno también viral.
Las auroras iluminaron el cielo con vibrantes tonos de púrpura, rojo y verde en varias partes del mundo el jueves por la noche. Las luces, normalmente visibles solo cerca de los polos del planeta, fueron vistas en todo Estados Unidos y Europa y también iluminaron partes de Australia, debido a una tormenta geomagnética inusualmente fuerte, calificada con 4 de 5, o “severa”, por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés).
En Estados Unidos, las luces del norte, o aurora boreal, llegaron inusualmente lejos al sur, a Alabama, Mississippi, Texas, Arizona, Carolina del Sur, Nueva York, Idaho, Illinois y Oregón.
Los neoyorquinos disfrutaron de un espectáculo de luces poco común anoche, cuando la aurora boreal, también conocida como luces del norte, extendió una mancha etérea por el cielo. “Es bastante raro que lleguen hasta el área metropolitana de Nueva York”, dijo David Robinson, meteorólogo estatal de Nueva Jersey, quien vio algunos vestigios de las luces desde la ventana del segundo piso de su casa cerca de Princeton.
La Estación Meteorológica Nacional en Upton, Nueva York, fue testigo de esta inusual aurora que pudo observarse claramente en el cielo despejado. El meteorólogo Bill Goodman, quien trabaja en la estación, capturó una imagen del fenómeno detrás de su radar Doppler y la compartió en redes sociales. “Obtuvimos una imagen bastante interesante de eso detrás de nuestro radar Doppler”, dijo Goodman, agregando que se trataba de la segunda tormenta solar severa del año, pero con mejores condiciones para su observación.
En las redes sociales, personas de lugares tan al sur como Washington, DC y Kentucky informaron haber visto las luces, que en las imágenes parecían variar en color e intensidad, desde un rosa neón hasta un sutil púrpura brumoso.
El fenómeno de las auroras boreales, observadas en latitudes infrecuentes, es provocado por las eyecciones de masa coronal (CME) provenientes del, que en definitiva son grandes explosiones de plasma y partículas magnetizadas que provienen de la corona solar.
Las partículas cargadas emitidas por el Sol el 8 de octubre pasado, viajaron por el espacio a 2,4 millones de kilómetros por hora y llegaron a la Tierra, impactando en la atmósfera y generando tormentas geomagnéticas que finalmente desencadenan el espectáculo de luces en el cielo. En esta ocasión, la llamarada solar, clasificada como X 1.8, fue lo suficientemente intensa como para permitir que las auroras fueran visibles en latitudes más bajas, como sucedió en Europa y partes de América del Norte.
Auroras en Europa: un espectáculo visual poco frecuente
Uno de los hechos más notables de esta aurora fue su visibilidad en varias regiones de Europa, un evento que no ocurría con frecuencia en las últimas décadas. Países como Suiza, Polonia, Dinamarca y las Islas Canarias de España reportaron la aparición de estas luces brillantes y ondulantes en el cielo.
Desde la ciudad de Adliswil, en Suiza, hasta Gdynia, en Polonia, ciudadanos y fotógrafos se apresuraron a capturar imágenes de este fenómeno natural, que normalmente se restringe a las regiones cercanas al círculo polar ártico.
El archipiélago español de las Islas Canarias, a 28 grados de latitud norte, fue uno de los lugares más sorprendentes donde se pudo observar esta aurora. Según el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), antes del episodio en mayo de este año, no se había registrado un evento similar en más de dos décadas.
Los expertos del IAC explicaron que este fenómeno, impulsado por una intensa tormenta geomagnética, es raro en esas latitudes. “Es probable que se vuelva a repetir en los próximos meses”, afirmaron, haciendo referencia al ciclo solar de alta actividad que está actualmente en su apogeo.
El observatorio amateur Astronorte, en La Palma, detalló que la intensidad de las tormentas geomagnéticas que producen las auroras puede medirse en una escala de índice Kp.
En esta ocasión, el índice alcanzó Kp8, un nivel tan alto que permitió que las auroras se vieran en regiones mucho más al sur de lo habitual. Esto también se reflejó en otras partes de España, como Galicia, donde se observaron destellos de colores rosa y morado en el cielo de Santiago de Compostela.
Ciclo solar intenso y auroras boreales
El ciclo solar, que tiene una duración de aproximadamente 11 años, es el responsable de la intensidad y frecuencia de estos fenómenos. Durante los periodos de máxima actividad solar, como el que estamos atravesando actualmente, las tormentas geomagnéticas aumentan, y con ellas, las posibilidades de observar auroras boreales más allá de las zonas polares.
Este ciclo, que probablemente continuará hasta 2025, es el causante de la reciente proliferación de estos eventos, y se espera que en los próximos años las auroras boreales puedan seguir siendo visibles en lugares insólitos.
El SWPC (Centro de Predicción del Clima Espacial), con sede en Estados Unidos, explicó que cuando el sol emite una eyección de masa coronal, una gran cantidad de partículas cargadas viajan a través del espacio y, al llegar a la Tierra, interactúan con el campo magnético de nuestro planeta. Es esta interacción la que genera las auroras boreales.
Cuando las partículas chocan con los átomos y moléculas de la atmósfera superior, principalmente en la exosfera y la ionosfera, liberan energía en forma de luz, produciendo los característicos colores brillantes y ondulantes de las auroras.
Lo interesante de este ciclo solar actual es que no solo ha permitido la observación de auroras en latitudes bajas, sino que también ha dado lugar a una mayor variedad de colores en el cielo. Los tonos tradicionales de verde y azul han sido acompañados por destellos de colores rojizos, púrpuras y rosados, lo que añade un nuevo nivel de espectacularidad a estas exhibiciones. Según el SWPC, estas eyecciones de masa coronal seguirán ocurriendo con frecuencia durante los próximos años, ofreciendo más oportunidades para observar este fenómeno en diferentes partes del mundo.
Un fenómeno que trasciende fronteras
El fenómeno de las auroras boreales no solo ha fascinado a científicos y meteorólogos, sino también a la población general, que ha tenido la oportunidad de disfrutar de un espectáculo que rara vez se ve fuera de las regiones polares. Con la creciente actividad solar, lugares como Nueva York, Canarias y Galicia han experimentado el poder y la belleza de la naturaleza de una manera que, para muchos, resulta inusual.
Este tipo de eventos también plantea preguntas sobre los efectos de las tormentas geomagnéticas en nuestra vida cotidiana. Aunque las auroras son una manifestación visual deslumbrante, las tormentas solares que las producen pueden tener repercusiones significativas.
Cuando una tormenta geomagnética es lo suficientemente fuerte, puede afectar las comunicaciones por satélite, las redes eléctricas y los sistemas de navegación. Sin embargo, los expertos han subrayado que, si bien las tormentas solares actuales han sido intensas, no se han reportado daños significativos en las infraestructuras tecnológicas hasta el momento.
Con el ciclo solar en pleno apogeo, se espera que los eventos de auroras boreales sigan sorprendiendo a distintas partes del mundo. Para quienes viven en latitudes más bajas, este puede ser el momento perfecto para observar un fenómeno que, históricamente, ha estado limitado a las regiones cercanas al polo norte.
Los científicos continúan monitoreando de cerca la actividad solar para prever futuros episodios, lo que permitirá a más personas prepararse para experimentar este espectáculo visual único. A medida que el ciclo solar avance, la combinación de cielos despejados y tormentas geomagnéticas intensas podría hacer que las auroras se conviertan en una visión cada vez más común en regiones fuera de lo habitual.
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