Por esta razón, en el contexto del Cónclave (donde los cardenales comparten baños) este tipo de alimento no se comerán por una cuestión de respeto en un ambiente cerrado.
Otro dato que llama la atención, es que desde el siglo XIII también se prohíbe la comida rellena o cerrada porque en ella se podría esconder algún mensaje. Por lo que, no se pueden comer platos como pollo relleno, arrollados o empanadas.
Cómo es el menú de los cardenales durante el cónclave
La dieta de los cardenales durante el conclave comenzara el día con un desayuno que contenga tostadas con miel o mermelada, té o café.
El almuerzo deberá ser ligero y rápido «que satisfaga el paladar sin sobrecargar de grasas», especificó el nutricionista. Este menú ofrece platos mediterráneos: pasta con tomate y albahaca fresca, o risotto de verduras. Como segundo plato, carnes blancas o pescados a la plancha con guarniciones de vegetales cocidos o al vapor. El postre será una fruta fresca, y se permite una copa de vino.
En tanto la bebida, «El agua se bebe para hidratarse, el vino se saborea para alimentarse», sostuvo Calabrese. Los vasos y jarras deben ser de cristal transparente para evitar la entrada de mensajes ocultos.
Por la noche, la cena será fácil de dirigir y muy liviana, el menú cuenta con jamón cocido, salmón ahumado o sardinas; también quesos frescos.
Por: Rodo Galdeano
Fuente: Ámbito
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