La Policía promete mayor presencia en el barrio Cooperativa 8 de Noviembre tras reiterados hechos de inseguridad

El encuentro fue encabezado por el subcomisario Nelson Molina, de la Comisaría 7°, quien escuchó los reclamos y comprometió medidas para mejorar la seguridad en la zona.

Un barrio bajo amenaza

Los residentes del barrio relataron la difícil situación que viven día a día, marcada por reiterados robos a viviendas, ataques a piedrazos y amenazas que incluso han afectado a mujeres y niños. Una de las situaciones más preocupantes ocurrió cuando un grupo de delincuentes arrojó piedras contra la casa de una vecina, provocando la rotura de la luneta de un auto y lastimando a una niña que jugaba en el patio.

Ante este contexto, los vecinos no solo señalaron la falta de recorridos policiales, sino también la carencia de iluminación en algunas calles, lo que facilita el accionar delictivo.

Compromiso policial y medidas propuestas

Durante el encuentro, realizado en el propio barrio y ya entrada la noche, el subcomisario Molina prometió reforzar la presencia policial con rondas a pie durante el día y patrullajes nocturnos con móviles policiales. Asimismo, se proporcionó un número de contacto directo para casos de emergencia y se firmó un acta con los compromisos asumidos.

Sin embargo, algunas solicitudes quedaron pendientes, como la instalación de una garita o un puesto fijo de vigilancia, algo que fue descartado debido a la falta de recursos disponibles. A pesar de esta negativa, los vecinos valoraron el acercamiento de la Policía, considerando que es un avance respecto a la ausencia de respuestas por parte de otras instituciones, como la Municipalidad.

Expectativa y escepticismo

A pesar del compromiso policial, los residentes se mantienen cautos y esperan que las promesas se traduzcan en acciones concretas. La comunidad sigue en estado de alerta, ya que las amenazas y los robos persisten. Para muchos, la clave estará en el cumplimiento sostenido de las medidas anunciadas, ya que vivir en un entorno inseguro se ha convertido en una carga insostenible.

POR LIC. EUGENIA VILA