La oposición “no K” le puso un freno a Unión por la Patria en el Senado
La bancada que conduce José Mayans no logró sumar las adhesiones necesarias para forzar la sanción de la Emergencia para el Garrahan y el Financiamiento Universitario. En un intento por demostrar que "controla el Senado", el peronismo se topó con un grupo de senadores que optaron por ir "paso a paso" y no quedar entrampados en el "relato kirchnerista".
Primó la cordura o fracasó el intento de Unión por la Patria de demostrar que controla el Senado. Esas son dos lecturas que se hicieron en la Cámara alta luego de que en la tarde del miércoles, finalmente la bancada que conduce José Mayans descartara avanzar en comisión con las medias sanciones de la Emergencia para el Garrahan y la Ley de Financiamiento Universitario, que fueron aprobadas en Diputado la semana pasada. ¿El motivo? El peronismo no encontró eco por fuera de sus filas para volver a forzar el reglamento.
¿Qué significa esto? Que UP intentó concretar los dos plenarios sin acordar la fecha y hora con el libertario que preside la comisión de Presupuesto y Hacienda, una de las que tiene que dictaminar ambas iniciativas. Por usos y costumbres, los presidentes de las comisiones involucradas en un debate consensuan el día y horario de los plenarios, para evitar ausencias o complicaciones logísticas.
“¿Por qué nos vamos a autoconvocar a una sesión cuando ni siquiera pedimos una? ¿Para qué vamos a forzar un plenario de comisiones si Atauche se mostró dispuesto a celebrar el plenario la semana que viene?”. Estas fueron, palabras más palabras menos, el planteo que le hizo uno de los senadores que está dispuesto a avanzar con la sanción de ambas leyes, el rechazo de los decretos delegados pero, sin forzar el reglamento.
Senado: ¿un revival de la última sesión?
De haber primado la postura de Unión por la Patria, se hubiese generado un escenario muy similar al de la última sesión en el Senado. En aquella instancia, en la que se sancionaron la Emergencia en Discapacidad y los proyectos previsionales. Es decir, el centro de la discusión durante la sesión, y probablemente el debate en la prensa, hubiera girado en torno a la validez de los dictámenes o de la sesión. Tal cual ocurrió la última vez.
Con la diferencia de que, en esta oportunidad, no había un rechazo de plano por parte del oficialismo para avanzar con los temas. La vez pasada, a UP se le sumaron otras voces, como la de Martín Lousteau y Pablo Blanco (UCR), así como también la larretista Guadalupe Tagliaferri, que acusaron a los libertarios de paralizar el Senado. Esta vez, estos senadores no alzaron la voz: la nota de Atauche surtió efecto. LLA mostró predisposición a avanzar con los debates. “Estoy a favor de que hay que hacerlo bien y rápido, pero hay que hacerlo prolijo”, explicó Tagliaferri en diálogo con Ámbito.
El Senado en modo campaña
“Yo no quiero tener que salir en los medios a explicar si el dictamen o la sesión fue legal, yo quiero explicar qué está pasando en el Garrahan”, dijo un integrante de la Cámara, que está dispuesto a avanzar con los proyectos en cuestión, pero que rechaza que los debates se ubiquen en los márgenes de la legalidad.
Un dato extra, los opositores “no K”, no quieren quedar “pegados” al peronismo. Mucho menos al filo del cierre de listas y con la campaña a la vuelta de la esquina.
Tampoco quieren que la institucionalidad del Senado sea puesta en dudas. “Si vamos a los tumbos, como quiere Unión por la Patria, le vamos a dar la razón a Milei, que va a decir que somos todos unos barrabravas”, dijo uno de los legisladores nacionales que le advirtió a la bancada de Mayans que no estaría dispuesto a plegarse a la jugada.
Así las cosas, el martes se celebrarán los plenarios para avanzar con los dictámenes del Garrahan y Financiamiento Universitario. De llegar a buen puerto, como dan por descontado desde la oposición, existe la posibilidad de pedir una sesión para dos días después. De ser así, no habrían pasado los 7 días que establece el reglamento que deben pasar entre la firma de un dictamen y su debate en el recinto.
En otras palabras, ambas iniciativas deberían ser tratadas “sobre tablas”, para lo que se requiere el visto bueno de los dos tercios de los presentes. Probablemente, ese número esté.
Como fuere, una semana antes o después, las dos iniciativas serán convertidas en ley porque, como sintetizó un senador nacional “en el recinto, pasan por un tubo”. Después, será el Presidente quien deberá decidir si veta o no ambas leyes. Al menos por ahora, todo indica que así será. Por lo que quedará en manos del Congreso insistir con los dos textos.
Fuente: ÁMBITO
Por: G. Herrera


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