La lucha de una mujer trans para congelar su esperma y cumplir su sueño de ser mamá
Sofía Larghi, una mujer trans de 27 años, ganó una batalla judicial para poder preservar su fertilidad y cumplir su sueño de ser madre en el futuro. Tras enfrentar diversas negativas de su obra social, Sofía decidió llevar su caso a la justicia, lo que resultó en un fallo histórico que no solo le permitió congelar sus espermatozoides antes de iniciar un tratamiento hormonal, sino que también sentó jurisprudencia con perspectiva de género.
El deseo de Sofía de ser madre surgió mientras atravesaba un proceso de hormonización para adecuar su cuerpo a su identidad de género. Sin embargo, un efecto secundario irreversible del tratamiento podría haber afectado su fertilidad, lo que la llevó a tomar la decisión de preservar sus espermatozoides antes de continuar con el proceso hormonal.
A pesar de que la ley establece que la preservación de la fertilidad debe ser cubierta cuando existe riesgo debido a un tratamiento médico, la obra social de Sofía rechazó su solicitud. Sin embargo, la joven no se rindió y, con el apoyo de su abogado, presentó un amparo que fue rechazado por el Juzgado de Junín, que argumentó que la criopreservación no estaba vinculada directamente a la adecuación de género.
“Siempre está la posibilidad de adoptar, pero ya es bastante difícil para parejas heterosexuales y me imaginaba que para mí iba a ser más aún. Cada pastilla que tomás es un pasito más hacia la esterilidad. Si la cortás a tiempo, podés volver a ser fértil. Como llevaba poco tiempo, decidí que ese era el momento”, explicó.
Con la ayuda de sus abogadas, Sofía continuó luchando hasta llegar a la Cámara Federal de La Plata, que emitió un fallo favorable, permitiéndole preservar su fertilidad y garantizando sus derechos reproductivos como mujer trans. Este fallo, además, estableció un precedente en cuanto a los derechos reproductivos de las personas trans.
El caso de Sofía subraya la importancia de las leyes que protegen los derechos reproductivos de las personas trans, como la Ley de Fertilidad (26.862) y la Ley de Identidad de Género (26.743), que aseguran que todas las personas, sin importar su identidad de género, tengan acceso a tratamientos de fertilización asistida y a la posibilidad de ser padres o madres.
Sofía expresó que, a pesar de la lucha y los obstáculos, este fallo le da esperanza para su futuro reproductivo, y se siente orgullosa de haber sido parte de un cambio que puede beneficiar a otras personas trans en su camino hacia la maternidad o paternidad. “Esto es un granito de arena en la construcción colectiva de los derechos de todos”, concluyó.
Los comentarios están cerrados.