Esta vez fue Hugo Goransky, referente local y secretario del departamento de Minería de la UIA, quien planteó un diagnóstico tan crudo como directo: “Para competir necesitamos una cancha pareja. Tenemos que vender productos, no vender impuestos”.
Un reclamo histórico con urgencia actual
La primera jornada del FNS Forum volvió a convertirse en un termómetro del humor empresarial. Allí, Goransky señaló que la presión tributaria, los costos laborales y la falta de reglas claras siguen generando un escenario adverso para quienes producen y generan empleo.
“Las pymes sostienen el 80% del trabajo registrado, pero sin herramientas adecuadas muchas están achicándose, otras recortan personal y otras, lamentablemente, cierran”, explicó. Según remarcó, el problema no es resistirse a competir: es competir en condiciones injustas.
Reformas que pueden redefinir el tablero
Tanto la Reforma Laboral como la Tributaria están en el corazón de la agenda del Gobierno nacional. Y aunque el debate recién comienza en el Congreso, el sector privado empieza a ver señales que, en lo discursivo, los entusiasman.
“Hubo un cambio de tono. El Gobierno empezó a abrir espacios de diálogo, a escuchar. Nadie quiere que la inflación devore salarios ni que el déficit siga creciendo. Creo que todos entienden que sin industria no hay país posible”, sostuvo Goransky.
Impuestos que asfixian y un pedido concreto
El señalamiento más fuerte volvió a dirigirse a la estructura tributaria: cargas superpuestas, aportes patronales elevados y la persistencia de gravámenes como Ingresos Brutos que distorsionan el precio final de cualquier bien.
Para los industriales, esa realidad impacta de lleno en la competitividad: lo que Argentina produce llega a los mercados —internos y externos— con un costo inflado por impuestos que, aseguran, no existen en países con los que buscan competir.
“Las reglas del juego tienen que ser claras y justas. Si no, es imposible crecer y mucho menos exportar”, subrayó Goransky.
Una oportunidad para recuperar terreno
El sector cree que si estas reformas avanzan con consensos amplios, Argentina puede volver a posicionarse como un destino confiable para inversores y un actor atractivo en el mercado internacional.
Pero la clave, remarcan, es que los cambios contemplen las necesidades reales de quienes producen: previsibilidad, competitividad y alivio para las pequeñas y medianas empresas.
“Estamos optimistas, pero también atentos. Esta discusión define el futuro productivo del país”, cerró.
POR LIC. EUGENIA VILA
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