La Iglesia de San Juan apuesta a los jóvenes para renovarse y acercarse más a la comunidad
Con la participación de 280 representantes y un rol clave de los jóvenes, este viernes comienza el 3er Sínodo Diocesano. Es el primero en casi 100 años y apunta a modernizar la acción pastoral en base a una encuesta popular.
Después de casi un siglo, la Iglesia Católica de San Juan inicia este viernes un nuevo capítulo en su historia: el 3er Sínodo Diocesano, un proceso de escucha y reflexión colectiva que buscará renovar su presencia en la vida de los sanjuaninos. A diferencia de los anteriores sínodos celebrados en 1916 y 1926, este encuentro tiene un fuerte protagonismo juvenil y una base construida a partir de una encuesta popular inédita.
Entre agosto y diciembre de 2024, más de 400 personas participaron de manera anónima en una consulta virtual impulsada por el Arzobispado. Allí, los sanjuaninos expresaron sus inquietudes y propuestas para una Iglesia más presente, abierta y cercana. La mayoría pidió más asistencia espiritual en sus comunidades, como horarios de misa más flexibles, apertura extendida de templos y espacios destinados a la juventud.
“La gente quiere ser escuchada, que la Iglesia esté más cerca. Piden más acompañamiento, más actividades en sus parroquias, y especialmente un lugar para los jóvenes”, explicó en conferencia de prensa monseñor Jorge Lozano, arzobispo de San Juan, al anunciar el inicio del sínodo.
A partir de esa consulta y de otras asambleas realizadas desde 2024, se definieron los tres ejes sobre los que se trabajará: la escucha, la espiritualidad y la misión. El objetivo será generar acciones concretas para responder a las necesidades actuales de la sociedad sanjuanina desde una perspectiva de fe y compromiso social.
El Sínodo se desarrollará en el Colegio San Francisco, con la participación de 280 sinodales. Estarán representadas las 49 parroquias principales de la provincia, y cada una contará con tres delegados, uno de ellos obligatoriamente menor de 30 años. También asistirán miembros de movimientos pastorales, servicios carcelarios y hospitalarios, y representantes de comunidades educativas.
Durante cinco sesiones —una por mes hasta noviembre— las comisiones trabajarán sobre los ejes definidos para construir un documento final, que será presentado en 2026. La expectativa es que este proceso no solo modernice la vida pastoral, sino que también refuerce los lazos de la Iglesia con la sociedad sanjuanina.
“El desafío es que este camino sinodal nos permita ser una Iglesia con los oídos abiertos y los pies en el barro, que escuche, que acompañe y que camine junto a su pueblo”, concluyó monseñor Lozano.
Op: Juan Llarena
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