La historia de Alán Ramirez, el ciclista que debió esperar su consagración

Ciclismo

Es ciclista desde que tenía 11 años. Subirse a la bicicleta y dejar de lado el Judo, que fue su deporte infantil, era un mandato familiar. Su padre, Darío, y su tío Oscar compitieron entre los federados. En juveniles ganó todo. Fue cuatro veces campeón argentino de pista, cuatro campeón nacional de ruta, ganó un panamericano de omnium en pista, Ganó el oro en los Binacionales. Corrió en dos mundiales de categoría menores y ganó una vuelta a San Juan Juvenil.

Empezó a correr con los Elite en 2007. Mostró su estirpe poblando varios podios. Segundo, tercero. Arrimaba, arrimaba, pero no bochaba.

Fue papá a los 23 años, y debió alejarse de las rutas para consolidar su matrimonio con Analía. Iba a llegar Bianca (9 años) la mayor de sus hijas, y el ciclismo no daba para mantener una familia. Abrió un negocio de artículos de cotillón en Villa Krause. Y, durante cuatro años, la bicicleta quedó guardada en un rincón de su casa.

Propietario de Tohia, un comercio que tiene su casa central en Av. España y Alem, a una cuadra de Castaño, en Rawson; Alan retornó a la acción federada en 2017 y 2018, corriendo las Vueltas a San Juan de categoría 2.1 de la UCI.

Por cuestiones laborales debió ‘colgar’ otra vez la bici, hasta que en 2021 comenzó a entreverarse en los libres. Los triunfos no tardaron en llegar, y en 2022 se inscribió como individual en las primeras carreras del calendario federado. Sus buenas Performances le abrieron las puertas del equipo municipal de Rawson. Tuvo un accidente bravo en la Doble Chepes, debió trabajar duro para recuperarse.

El domingo se sacó la mufa, y ganó ‘la Difunta’ con 33 años festejó por vez primera.

Promesa cumplida

Un par de horas después de ganar su primera carrera, la clásica Doble Difunta Correa, Alan Ramírez cumplió con la promesa que le había hecho el miércoles, cuando realizó su entrenamiento ‘largo’. «Dame fuerzas para ganarla», le pidió y cuando aún no se acallaban los ecos de su victoria. Pasó por su casa, se cambió de ropa, vistió orgullosamente su primera malla líder, y junto a sus tíos, Oscar Ramírez y Andrea Arías (foto) y sus amigos Gustavo Mejía y José María Sosa, pedaleó hasta Vallecito.

Por: Rodo Galdeano
Fuente: Diario de Cuyo

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