Kennedy Jr. y la tijera de Trump: 10.000 despidos en salud pública
Con el pretexto de “hacer más con menos”, la administración de Donald Trump y su secretario de Salud eliminan puestos clave en salud pública y financiamientos de investigación. La comunidad científica denuncian un posible «impacto devastador» sobre la salud de millones
El secretario de Salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., anunció el jueves un plan de “drástica reestructuración” para el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), lo que supondrá la eliminación de 10.000 empleos para «agilizar» el funcionamiento del Departamento.
«Este será un período doloroso«, expresó Kennedy en un video publicado en su perfil de X, en el que calificó al HHS como una «burocracia descontrolada» y aseguró que los despidos estarán dirigidos a «administradores en exceso«. Con este recorte, la plantilla del HHS pasará de 82.000 a 62.000 empleados a tiempo completo, un 24 por ciento menos.
«Eliminaremos toda una sopa de letras de departamentos, al tiempo que preservamos sus funciones principales fusionándolos en una nueva organización llamada Administración para una América Saludable o AHA. Esta reforma mejorará la salud de toda la nación: para hacer a Estados Unidos saludable de nuevo», escribió el secretario de Salud, quien consideró que el HHS «hará más, mucho más, a un menor costo para el contribuyente«.
En el mensaje, Kennedy Jr. afirmó que la reestructuración no solo reducirá la «expansión burocrática», sino que también reorientará el departamento hacia «su misión principal y nuevas prioridades», con el objetivo de combatir la «epidemia de enfermedades crónicas» a través del acceso a alimentos saludables y agua limpia.
El recorte propuesto generará un ahorro anual de 1.800 millones de dólares, lo que representa un 0,1 % del presupuesto total del HHS, que asciende a 1,8 billones de dólares. No obstante, esta cifra equivale a sólo el 0,027 % del gasto total del gobierno federal, que en 2024 fue de 6,75 billones de dólares.
Estos recortes, parte del plan del presidente Donald Trump para reducir el tamaño de la administración federal, se suman a los aproximadamente 10.000 empleados que han dejado el departamento «voluntariamente» desde la llegada de la nueva administración, entre jubilaciones anticipadas no renovadas y quienes aceptaron los «despidos voluntarios» impuestos por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), liderado por la nueva mano derecha de Trump, Elon Musk.
«Una América Saludable»
El plan de reestructuración también busca “optimizar funciones” dentro del HHS, reduciendo de 28 a 15 sus áreas administrativas, eliminando oficinas consideradas «redundantes» y reduciendo el número de dependencias regionales. En línea con sus nuevas prioridades, la agencia impulsará una alimentación “sana y segura” como estrategia para combatir estas «enfermedades crónicas», que Kennedy Jr. no identificó.
Según documentos internos obtenidos por The Wall Street Journal, los despidos afectarán principalmente a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), que perderá 3.500 empleados, un 19 por ciento de su plantilla, y a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), que reducirán su personal en 2.400 trabajadores, alrededor del 18 por ciento del total. Además, la CDC verá sus oficinas regionales reducidas de 10 a 5 y absorberá la Administración para Preparación y Respuesta Estratégica (ASPR), que perderá 1.000 empleados en el proceso.
También se verán afectados los Institutos Nacionales de Salud (NIH), que sufrirán un recorte de 1.200 puestos, un 6 por ciento de su personal, y los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS), que perderán 300 empleados -cuatro puntos porcentuales del total-, a pesar de ser de las pocas dependencias restantes de la mutilada Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).
La Administración para la Vida Comunitaria (ACL), que brinda apoyo a personas de la tercera edad y con discapacidad, será desmantelada y sus funciones distribuidas entre la Administración para Niños y Familias (ACF), la Oficina del Secretario de Planificación y Evaluación (ASPE) y los CMS.
Además de los recortes, Kennedy Jr. anunció la creación de una nueva división, la Administración para una América Saludable (AHA), que absorberá cinco agencias actuales: la Oficina del Secretario de Salud (OASH), la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias (SAMHSA), la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA), la Agencia para el Registro de Sustancias Tóxicas y Enfermedades (ATSDR) y el Instituto Nacional para la Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH).
Según Kennedy Jr., esta reestructuración permitirá «coordinar de manera más eficiente los programas de atención crónica y prevención de enfermedades, además de optimizar los recursos de salud para las poblaciones de bajos ingresos».
«Robar la Salud»
Mientras Kennedy defiende su plan como una medida de eficiencia y reducción de costos, la comunidad científica advierte sobre el impacto devastador de los recortes en programas de salud pública. Fondos clave destinados a investigaciones sobre el cáncer, VIH y vacunaciones globales han sido eliminados por la administración Trump, afectando directamente a universidades y centros de investigación.
En las últimas semanas, al menos dos docenas de subvenciones de la Universidad de Maryland en Baltimore y la Universidad Johns Hopkins han sido canceladas por órdenes ejecutivas que buscan restringir el financiamiento a programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI).
«En casi todos los casos, el motivo citado para la cancelación es que la investigación aborda temas de identidad de género o promueve la diversidad», explicó Alex Likowski, vocero de la Universidad de Maryland, Baltimore. Hasta ahora, solo una subvención de esa universidad ha sido listada oficialmente como cancelada en el sitio web del HHS, mientras que Johns Hopkins ha visto terminados 12 proyectos valorados en 6,48 millones de dólares.
Las restricciones también han afectado investigaciones sobre enfermedades infecciosas y estrategias de prevención, apuntadas a poblaciones vulnerables. En un comunicado, Johns Hopkins advirtió que estos recortes «eliminarán estrategias de prevención y tratamientos para pacientes estadounidenses que enfrentan enfermedades infecciosas y crónicas«. Aunque el financiamiento federal eliminado representa sólo una fracción del presupuesto total de estas instituciones, persisten dudas sobre futuras cancelaciones que podrían afectar aún más los programas de investigación.
A su vez, las órdenes ejecutivas emitidas por Trump y que apuntan contra las denominadas «agendas de diversidad, equidad e inclusión» (DEI), han puesto en la mira a investigaciones sobre enfermedades infecciosas, un área que Kennedy Jr. también ha cuestionado abiertamente.
Varias universidades en todo el país han visto canceladas decenas de subvenciones debido a estas medidas. En el caso de la Universidad de Columbia, cerca de 170 proyectos han sido terminados, en un contexto en el que la administración Trump ha intensificado su ofensiva contra lo que considera «protestas antisemitas» en campus universitarios, pero que terminan afectando proyectos orientados a mejorar la salud.
La gestión de Kennedy Jr. despertó preocupación entre expertos en salud debido a sus posturas sobre la vacunación, de la cual se muestra escéptico, y la gripe aviar, a la que sugirió «darle rienda suelta» en los gallineros estadounidenses. El ex abogado medioambiental asumió el cargo en febrero con la promesa de reformar las instituciones que, según él, “roban la salud” a los estadounidenses.
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