Juan Pablo Echegaray: ‘No hubo picadas, pero sí conducían a alta velocidad’, declara en el caso Lucía Rubiño

Este lunes, en los Tribunales, Juan Pablo Echegaray, uno de los imputados en el caso de la muerte de Lucía Rubiño Montilla, ofreció su testimonio ante el fiscal Iván Grassi. Acompañado de su abogada, Echegaray dijo que «iba a ser una noche normal. Una juntada de amigos. Fuimos a una casa en la que se iba a hacer una previa. No había ningún mayor; los únicos mayores éramos nosotros los que teníamos 18 años». Resaltó que la «casa estaba llena de menores… alcohol por todos lados. por imprudencia de algunos que querían demostrar con los autos… lo que sea, terminó en una tragedia».

 

El joven conductor de la camioneta involucrada en el trágico suceso negó rotundamente que hubiera participado en picadas al momento del siniestro vial. En palabras de Echegaray: «No hubo picadas; sí conducían a alta velocidad. Arrancando el auto y llevándolo a alta velocidad pero lo que yo entiendo por picadas, no las hubo.»

 

Echegaray mencionó dos peritajes que respaldan su versión de los hechos, destacando que su vehículo no invadió el carril en ningún momento y que fue el otro conductor, del que no se revela el nombre por ser menor de edad, quien cruzó hacia su carril. Según él: «El que venía inmediatamente invadiendo mi carril fue el otro conductor.»

 

El testimonio del joven también abordó el momento del impacto, describiendo cómo el otro conductor viró hacia la vereda donde se encontraba Lucía Rubiño debido a que, según Echegaray, no lo vio. En sus palabras: «Es porque no me ve. No venía mirando al frente y se obliga a hacer una maniobra para evitar el choque.»

 

Tras el choque, Echegaray relató que decidió continuar su camino y estacionar su camioneta en una calle cercana, donde al acercarse al vehículo de Rubiño, presenció la situación caótica que se había desatado. En sus palabras: «Me acerco al Renault Sandero y veo a Lucía abajo del vehículo y sangre en la pared.»

 

Finalmente, Echegaray destacó la ausencia de adultos en la casa donde se llevaba a cabo la reunión hasta 20 minutos después del accidente, enfatizando la complejidad de la situación y la dificultad para controlarla. Según él: «Dentro de la casa no había adultos.»

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