Como parte de su ofensiva, el ejército israelí bombardeó más de 50 localidades del sur del Líbano, así como supuestas posiciones de Hezbolá en Beirut este domingo. El movimiento islamista respondió con más de 200 cohetes sobre el norte de Israel, que no causaron víctimas. La fuerza de paz de la ONU denunció un nuevo ataque israelí sobre una de sus posiciones.

Bombas sobre el Líbano

Durante los ataques de este domingo sobre la capital, el ejército israelí afirmó haber impactado un centro de mando de Hezbolá y una planta subterránea de armas en Beirut. También anunció que mató a tres milicianos del movimiento libanés en ataques al sur del país.

En el distrito sur de Beirut, la agencia estatal de noticias del Libano (ANI) reportó cuatro bombardeos durante la noche del domingo, que impactaron contra oficinas de una institución financiera relacionada con Hezbolá, luego de que el sector fuera evacuado.

Según la ANI, los ataques golpearon «filiales de Al Qadr al Hasán», una empresa financiera sobre la que pesan una serie de sanciones por parte de Estados Unidos, luego de que Israel la acusara de financiar el movimiento proiraní del Líbano en 2007. Otra filial de la empresa fue destruida por un ataque aéreo en la región de Hermel, al este del Líbano.

En la ciudad costera de Saida, al sur de Beirut, hubo pánico en una escuela transformada en refugio, cercana a una sucursal de Al Qadr al Hasán, según informó un corresponsal de la AFP.

La ANI reportó que la localidad fronteriza de Khiam fue víctima de «14 ataques consecutivos» en solo 15 minutos. También informó que el ejército israelí dinamitó varias casas en tres localidades de la frontera entre ambos países.

El ejército libanés, que sostiene enfrentamientos con las fuerzas israelíes aunque pautó mantenerse por fuera del conflicto, anunció la muerte de tres de sus soldados por disparos israelíes contra uno de sus vehículos al sur del Líbano.

Una respuesta balística

Por su parte, el movimiento proiraní libanés reivindicó una serie de disparos de cohetes contra la ciudad de Haifa, al norte de Israel, así como contra otras tres bases militares.

En un comunicado, Hezbolá se adjudicó el lanzamiento de una «salva de cohetes contra la ciudad de Haifa», a lo que añadieron que el ataque fue «en respuesta a las agresiones contra los suburbios del sur».

Las fuerzas armadas israelíes anunciaron haber detectado unos 200 cohetes lanzados desde territorio libanés durante la jornada del domingo. Aunque no todos los proyectiles fueron interceptados, no se reportaron daños personales, pero sí algunos daños materiales.

Los lanzamientos, de los cuales los últimos fueron detectados sobre la Alta Galilea y la llanura de Esdrelón, fueron respondidos con una serie de bombardeos que impactaron sobre las «posiciones de lanzamiento» de Hezbolá, según Tel Aviv.

Demolición deliberada

A su vez, la fuerza de paz de la ONU en el Líbano (FINUL) afirmó este domingo que el ejército israelí «demolió deliberadamente» una de sus posiciones en el sur del país, y añadió que mantiene todas sus posiciones «a pesar de las presiones ejercidas».

Según un comunicado del ente, una «topadora del ejército israelí demolió deliberadamente una torre de observación y la valla perimetral de una posición de la ONU en el sur del Líbano».

«Continuaremos cumpliendo las tareas que se nos han encargado», como «supervisar y rendir cuentas de la situación en la frontera» entre Israel y Líbano, añadió la FINUL.

La organización de la ONU, que cuenta con unos 9.500 soldados de más de 50 países, ha acusado reiteradas veces al ejército israelí de disparar contra sus posiciones, causando varios heridos desde el inicio de la escalada con la milicia proiraní Hezbolá en Líbano el mes pasado.