La producción apícola en San Juan está en expansión, impulsada por las condiciones climáticas favorables de la provincia, que permiten no solo la producción de miel, sino también de polen, propóleo y material vivo, como colmenas y abejas reinas. El objetivo de las autoridades es potenciar este sector, creando nuevos polos productivos y ofreciendo alternativas económicas a comunidades alejadas.
El Ministerio de Producción y la Secretaría de Ambiente están trabajando en conjunto para fomentar la actividad apícola, que actualmente es incipiente en la provincia. La mayoría de los 142 apicultores locales la desarrollan como actividad secundaria, ya que San Juan no es ideal para la producción intensiva de miel, pero sí presenta un entorno propicio para la producción de polen y la mejora genética de las abejas.
En paralelo, se lanzó un programa que lleva colmenas a comunidades alejadas, promoviendo la apicultura como una alternativa económica sostenible. Estas iniciativas también buscan proteger los bosques nativos mediante la polinización que realizan las abejas, evitando la tala indiscriminada de árboles. Gustavo Mercado, director de Bosques Nativos, explicó que en este contexto ya se han entregado 73 colmenas en 9 localidades de la provincia, con el fin de capacitar a nuevos apicultores y proporcionarles las herramientas necesarias para iniciar la producción.
El programa de formación es integral: se entregan núcleos de colmenas, se brindan capacitaciones y se hace un seguimiento durante todo el proceso, desde la crianza de las abejas hasta la cosecha de productos como miel, propóleo y polen. De esta forma, en zonas donde aún queda monte virgen, los habitantes tienen una oportunidad económica alternativa a la tala de árboles.
Uno de los puntos de mayor potencial es Valle Fértil, en la Sierra de Chávez, donde se han instalado 20 núcleos de colmenas, y donde se prevé un gran desarrollo apícola debido a las floraciones abundantes de la zona. Luis Tomas, técnico apícola del Ministerio de Producción, destacó que el Este y Sur de la provincia también tienen gran potencial para la producción de miel, mientras que en otras áreas se puede aprovechar la producción de polen y otros derivados.
A pesar de la desventaja de la provincia en cuanto a floraciones, que limita la cantidad de miel que se puede producir, San Juan compensa esta situación con una temporada más larga para la recolección de polen, un producto que se vende a un precio mucho mayor que la miel, lo que representa una excelente oportunidad económica para los productores. El objetivo es llegar a una producción de 45 kilos por colmena, sumando miel, propóleo y polen.
Además, el sector apícola sanjuanino tiene la capacidad de exportar material vivo, como reinas y núcleos listos para producir, lo que podría convertir a la provincia en un importante exportador en el futuro. La diversificación de productos, que incluye la polinización de cultivos de semilleros en expansión, también contribuye al crecimiento económico del sector.
Una vez que la producción de miel aumente en las zonas alejadas, las autoridades planean caracterizarla según las variedades de plantas nativas de cada región, lo que permitirá diferenciar los productos y fortalecer aún más la actividad apícola.
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