Guardavidas de Punta Negra salvan la vida de un trabajador que sufrió un infarto en el dique

El pasado viernes, dos guardavidas de Punta Negra realizaron una heroica intervención que permitió salvar la vida de un trabajador que sufrió un infarto mientras realizaba tareas en uno de los paradores más antiguos del dique.

 

El incidente ocurrió alrededor de las 15 horas, cuando el hombre, de 52 años, comenzó a sentirse mal durante la siesta. Al notar los síntomas, alertó a las personas cercanas, quienes rápidamente dieron aviso a los guardavidas que se encontraban trabajando en el lago, en el marco de sus funciones para Seguridad Náutica.

 

Al llegar al lugar, los guardavidas Adrián Oliva y Lucas Domínguez encontraron al trabajador arrodillado y casi inconsciente. Tras una rápida evaluación, identificaron que se trataba de un problema coronario y no dudaron en comenzar las maniobras de Reanimación Cardiopulmonar (RCP). Mientras realizaban estas maniobras, mantuvieron contacto con el personal policial y coordinaron la llegada de un vehículo para trasladar al trabajador a un centro de salud cercano.

 

Durante el trayecto, los guardavidas continuaron con las maniobras de RCP, mientras que un móvil policial escoltaba el vehículo para garantizar un traslado rápido. Una vez en el hospital, los médicos se hicieron cargo del paciente, quien fue identificado como Roberto Videla. Según fuentes oficiales, el trabajador se encontraba estable hasta el sábado, tras haber recibido la atención médica adecuada.

 

La intervención de los guardavidas se considera crucial, ya que la técnica de RCP, que consiste en realizar compresiones torácicas para mantener la circulación sanguínea y el suministro de oxígeno a los órganos vitales, es fundamental en situaciones de infarto, ahogamiento o accidentes graves. Cuanto antes se inicien las maniobras, mayores son las probabilidades de supervivencia.

 

La importancia de la RCP radica en su capacidad para salvar vidas, preservar funciones vitales y reducir el daño cerebral, ya que al mantener el flujo sanguíneo, se evita el daño irreversible en órganos como el cerebro. Además, la técnica es sencilla de aprender y cualquier persona puede realizarla hasta la llegada de los profesionales médicos.

 

Este incidente es un claro recordatorio de la importancia de estar preparados ante emergencias y de la valiosa labor de los guardavidas en situaciones críticas.

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