Como ocurrió con la larga discusión en el Congreso de la Ley Bases y el paquete fiscal la Casa Rosada presiona nuevamente a los gobernadores para frenar la reforma de la movilidad jubilatoria aprobada con los dos tercios, mientras prepara el voto total de la ley y una judicialización.
Pero esta vez, los caciques provinciales están muy escépticos porque hasta ahora solo cuentan con promesas incumplidas tras la ayuda clave que generaron al Gobierno libertario para sacar la Ley Bases y la vuelta del Impuesto a las Ganancias. “Ya dimos todo”, murmuran los mandatarios dialoguistas.
Para colmo, ahora, la Nación parece tener menos margen de maniobra, o lo que es lo mismo, menos que ofrecer a cambio de que los gobernadores convenzan a sus legisladores a dejar sin los dos tercios al veto del presidente Javier Milei y así bajar la mejora jubilatoria que incluye un cambio en la movilidad, un reajuste anual y una mejora del 8,1% para compensar el desfasaje con la inflación de enero que llegó al 25%. Y encima, el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el nexo de la Rosada con los gobernadores, se corrió del diálogo por motus propio del diálogo justamente por la promesas incumplidas.
Durante la discusión por la Ley Bases el gobierno acordó con los gobernadores varios puntos a cambio de votos en el Congreso. Entre esos compromisos figura la compensación de fondos por las cajas previsionales provinciales y obra pública que quedó sin terminar. Pero mucho de esto todavía transita la vía de la indefinición. Tampoco le llegó a la senadora de Neuquén, Lucila Crexell, el cargo formal para que ocupe la embajada argentina en la Unesco, con sede en París.
Los gobernadores esperan escuchar propuesta de boca del Presidente. Saben que tendrá que poner mucho sobre la mesa para intentar abrir una negociación más en un tema tan sensible como una mejora de las jubilaciones que desde la asunción de Milei ya perdieron un 20%.
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