El Ejército de Israel emitió este lunes una nueva orden de evacuación para «todos los residentes» de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, argumentando que «retoma el combate con intensidad para eliminar las capacidades de las organizaciones terroristas» en la zona. Con el recrudecimiento de la ofensiva, el número de víctimas palestinas desde la ruptura de la tregua supera las 1.001, en medio de denuncias sobre ataques a paramédicos por parte de las fuerzas israelíes.

El portavoz del Ejército israelí, Avichay Adree, publicó en su perfil de X un mapa de la zona afectada por esta orden de desplazamiento, y ordenó el traslado de la población palestina en la zona, más de 40.000 personas, hacia los refugios en Al Mawasi.

El Ministerio del Interior gazatí condenó la medida, calificándola de «nueva amenaza de la ocupación» y advirtiendo que el desplazamiento forzado bajo bombardeos «es un preludio del aumento de crímenes contra el pueblo palestino».

Zaher al Waheidi, director de la unidad de Sanidad a cargo del recuento de fallecidos, informó a la agencia oficial de noticias palestina, WAFA, que entre el domingo y el lunes al menos 53 personas murieron y 305 resultaron heridas en ataques israelíes.

Desplazamiento y crisis humanitaria

Ante la orden de evacuación, unos 40.000 gazatíes abandonaron Rafah, muchos de ellos con sus pertenencias en coches, bicicletas y remolques, según estimó la alcaldía de la zona.  Según informes de la ONU, el 20 por ciento de la Franja de Gaza ya está bajo órdenes de evacuación israelíes, sin contar las zonas de amortiguación y el corredor de Netzarim.

«Ya no nos queda nada. No tenemos dinero ni comida. No podemos cubrir nuestras necesidades básicas», lamentó Sabri Abu Lainin, un hombre que aseguró haber sido desplazado más de diez veces desde el inicio del conflicto.

La Presidencia de la Autoridad Palestina denunció que las órdenes de desplazamiento son «ilegales y una clara violación del Derecho Internacional» dentro de una ofensiva intensificada. En un comunicado difundido por Telegram, advirtió que Israel es «totalmente responsable de este recrudecimiento, que no traerá seguridad ni estabilidad a nadie», e instó a Hamas a «eliminar cualquier excusa para la agresión israelí y proteger a los civiles«.

También alertó sobre el aumento de ataques en Cisjordania, denunciando ejecuciones, desalojos forzosos, destrucción de viviendas y violencia de colonos israelíes, lo que «puede llevar a un desastre que sumerja a la región en un mayor caos», y elevan la tensión en medio de los renovados bombardeos sobre Gaza.

Ataque a paramédicos

Entre las víctimas de los recientes ataques, la Oficina de Medios del Gobierno gazatí denunció agresiones contra servicios sanitarios internacionales. El lunes, equipos de la Media Luna Roja Palestina, la Defensa Civil gazatí y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) encontraron los cuerpos de 14 paramédicos desaparecidos tras un ataque israelí en Tal Al Sultan, en Rafah. Estos se sumaron a otro cuerpo hallado el sábado, identificado como el líder de la misión de Defensa Civil del sur de la Franja.

Así, el Gobierno palestino eleva a 1.402 la cifra de miembros de personal médico muertos por bombardeos israelíes. Además, denunció que 34 hospitales fueron «incendiados, atacados o puestos fuera de servicio», mientras que 142 ambulancias y 54 camiones de bomberos fueron destruidos desde el comienzo del asedio, en octubre de 2023.

El Ministerio de Exteriores palestino calificó la muerte de 15 trabajadores de la Media Luna Roja, de emergencias y de la ONU en un ataque israelí del 23 de marzo como «un crimen de guerra que exige rendición de cuentas internacional».

Reacciones internacionales

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, también denunció que las órdenes de evacuación israelíes «no cumplen con el Derecho Internacional«, y alertó sobre las consecuencias del desplazamiento forzado de miles de personas en Gaza.

Por su parte, el comisionado de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, confirmó que dos de los 14 trabajadores muertos en un ataque israelí contra un convoy de la Media Luna Roja eran empleados de la UNRWA. Desde el inicio de la guerra, han muerto 408 trabajadores humanitarios de agencias internacionales, de los cuales 280 pertenecían a la UNRWA.

«Es devastador confirmar la muerte de dos compañeros más, junto con ocho trabajadores de la Media Luna Roja Palestina y técnicos de emergencias», lamentó Lazzarini en X. También denunció que los cuerpos de los cooperantes fueron hallados enterrados a medias, lo que «constituye una grave violación de la dignidad humana».

Mientras tanto, crece la presión interna contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Cientos de manifestantes bloquearon este lunes todas las entradas a la Knéset (Parlamento israelí) en Jerusalén, exigiendo la liberación inmediata de los rehenes aún retenidos en Gaza.

Las protestas llevan 14 días consecutivos, exacerbadas por la reciente decisión del Gobierno de destituir a Ronen Bar, jefe del Shin Bet (servicio de inteligencia israelí). Los manifestantes exigen un acuerdo de alto el fuego con Hamas para garantizar la liberación de los 59 cautivos restantes, de los cuales Israel estima que una veintena ya han muerto.