Fronteras y cárceles: el Gobierno activa las alarmas por el sangriento operativo en Brasil

El operativo contra la organización criminal dejó 64 muertos y paralizó a la ciudad. El Comando Tripartito activó la alerta. La influencia del grupo en el sistema penitenciario paraguayo.

La megaoperación policial en Brasil contra el Comando Vermelho (CV) llevada a cabo este martes encendió las alarmas en la Triple Frontera y sobre todo en Paraguay. La ofensiva, centrada en los complejos de Alemão y de la Penha en Río de Janeiro, se convirtió en la acción más letal registrada en la historia de la cidade maravilhosa. El objetivo principal de la operación fue desarticular la estructura y contener la expansión territorial del CV, según informaron autoridades de ese país.

La violenta incursión resultó en al menos 64 personas fallecidas, incluyendo cuatro agentes policiales. Además, 81 sospechosos fueron arrestados durante la ofensiva de las fuerzas de seguridad brasileñas. En el operativo participaron cerca de 2.500 agentes, con apoyo de 32 blindados y dos helicópteros.

Altas fuentes del sistema de seguridad paraguayo fueron inmediatamente alertadas por sus pares de Brasil, según confirmaron a este medio. Ante esta escalada de violencia en el país vecino se activaron tareas preventivas a través del Comando Tripartito. El principal temor es que criminales de alto perfil del CV busquen utilizar a Paraguay como refugio o “aguantadero” para evadir la presión de las autoridades brasileñas.

El principal temor es que criminales de alto perfil del CV busquen utilizar a Paraguay como refugio o ‘aguantadero’ para evadir la presión de las autoridades brasileñas

El riesgo es elevado, ya que Paraguay es un territorio crucial para las operaciones criminales. De hecho, el país está catalogado como el centro de operaciones más importante del PCC – aliado del CV- fuera de Brasil y una base esencial para el acopio, preparación y distribución de cocaína que tiene como destino Brasil, Europa y África.

Río de Janeiro.

La tensión regional se produce en medio de la reciente tregua acordada a principios de 2025 entre los altos mandos del PCC y el Comando Vermelho, que pactaron la unidad de sus fuerzas. Los líderes, alias Marcola (PCC) y Marcinho VP (CV), lo comunicaron mediante un “salve” o recado en jerga criminal. El propósito inicial era presionar al gobierno brasileño por mejores condiciones carcelarias.

No obstante, a las fuerzas de seguridad les preocupa que la tregua se extienda a otros ámbitos. Existe el riesgo de una convergencia de intereses para reforzar el tráfico internacional de drogas y armas. Esta situación ha sido alertada a las fuerzas de seguridad paraguayas, dada la creciente influencia de ambas facciones, especialmente del PCC, en la Triple Frontera.

Conocida la noticia, inmediatamente se activaron las tareas preventivas que incluyen el refuerzo de los controles en la frontera y la activa comunicación con sus pares brasileños ante cualquier ingreso ilegal de ciudadanos de ese país

Las fuentes paraguayas no descartan que el acuerdo de no agresión tenga un impacto negativo en el país. Se advierte sobre posibles consecuencias en las penitenciarías con alta presencia de afilados. La alarma incluye el riesgo de nuevos intentos de fuga o amotinamientos en las cárceles. También se teme un posible crecimiento del poder de fuego si las organizaciones se consolidan unidas.

Paraguay está implementando un arduo trabajo de inteligencia en colaboración activa con Brasil. Este esfuerzo se centra en el bloqueo de las comunicaciones entre los altos mandos y sus sintonías locales. Gran parte del trabajo consiste en el control de los cabecillas dentro de las celdas de máxima seguridad. Esto es clave para evitar que las órdenes de los superiores bajen a los niveles menores de las facciones.

Enrique Riera y Patricia Bullrich.

 

La preocupación se agrava porque el sistema penitenciario paraguayo es propicio para el crimen organizado. El hacinamiento y las pésimas condiciones en las cárceles favorecen el crecimiento de estas organizaciones criminales. Solo el PCC contaría con alrededor de 1.000 “soldados” dentro de la población carcelaria paraguaya. Estas facciones se aprovechan de las circunstancias internas para consolidar su poder criminal.

Las fuentes le dijeron a este medio que, conocida la noticia, inmediatamente se activaron las tareas preventivas a través del Comando Tripartito. Estas incluyen el refuerzo de los controles en la frontera y la activa comunicación con sus pares brasileños ante cualquier ingreso ilegal de ciudadanos de ese país. Agregaron que cualquier ciudadano brasileño que ingrese de manera ilegal -sea o no integrante de estas facciones- será expulsado y entregado a las autoridades de su país.

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