Fitoremediación en San Juan: plantas nativas para recuperar suelos y producir biocombustibles
Un innovador proyecto que une al INTA San Juan y a científicos europeos trabaja en la recuperación de suelos contaminados en La Planta, Caucete, utilizando plantas nativas y quínoa para extraer metales pesados de la tierra.
El esfuerzo, que forma parte de una alianza con la Unión Europea, no solo busca remediar terrenos afectados por antiguos pasivos mineros, sino también transformar los residuos vegetales en biocombustibles y materias primas industriales, en un modelo de economía circular.
De suelos contaminados a recursos útiles
El método empleado, conocido como fitoremediación, aprovecha la capacidad de ciertas plantas para absorber contaminantes como el zinc y almacenarlos en sus tejidos. Luego, la vegetación es procesada en Alemania para producir biocombustibles para barcos y autos. Los residuos restantes, aún con metales pesados, son enviados a la industria siderúrgica para extraer materiales reutilizables como acero galvanizado.
“Estamos demostrando que los suelos contaminados pueden ser una oportunidad, no solo un problema,” comentó Gonzalo Roqueiro, investigador del INTA San Juan y líder del proyecto.
El desafío de La Planta
El área de estudio está marcada por pasivos ambientales de una mina de oro que operó sin controles en la década de 1970. Los terrenos quedaron severamente afectados por altos niveles de metales pesados, que impedían cualquier uso agrícola o industrial.
La elección de plantas nativas y quínoa se basa en su capacidad de adaptación al entorno y su eficiencia en extraer metales. Según Roqueiro, la quínoa, típica de las culturas andinas, demostró un gran potencial para “bombear” contaminantes rápidamente, lo que agiliza el proceso de recuperación.
Además, el equipo neutralizó la acidez del suelo con dolomitas de la Calera San Juan y utilizó compost proporcionado por el Parque de Tecnologías Ambientales (PTA), logrando cultivar en la zona conocida como la “pluma de contaminación”.
Economía circular en acción
La vegetación contaminada es enviada seca a Alemania, donde se convierte en biocombustibles. El residuo que queda, con los metales pesados aún presentes, se procesa en otra planta para extraer materiales reutilizables. Este enfoque, que combina sostenibilidad con utilidad económica, es un ejemplo de economía circular.
“Queremos demostrar que este modelo puede ser económicamente viable. Si lo logramos, será un avance clave para remediar suelos afectados por minería y otras actividades,” afirmó Roqueiro.
Una mirada internacional desde San Juan
La última reunión anual del proyecto se celebró en San Juan, destacando a la provincia como única representante de Argentina en esta alianza internacional. Científicos de España, Lituania y Serbia también participan del estudio, cada uno adaptando el modelo a las condiciones locales.
El evento incluyó recorridos por el sitio experimental en La Planta y el centro ambiental Anchipurac, así como un workshop para compartir avances con investigadores y empresarios locales interesados en el potencial del proyecto.
Perspectivas futuras
El estudio, que lleva casi cinco años en marcha, está próximo a una evaluación final. Si se confirman los resultados positivos, esta tecnología podría replicarse en otras regiones afectadas por contaminación ambiental, convirtiéndose en una herramienta clave para la recuperación de suelos in situ.
“La sostenibilidad y la rentabilidad deben ir de la mano para abordar los desafíos ambientales actuales,” concluyó Roqueiro, anticipando el impacto que este modelo podría tener en el futuro de la minería y la remediación ambiental.
Op: Juan Llarena
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