Fenómeno inexplicable en Cuesta del Viento: hallan gran cantidad de pejerreyes muertos

Vecinos y operadores turísticos advierten una situación inédita en el espejo de agua más emblemático de Iglesia. Ambiente analiza las posibles causas.

El viento sopla fuerte, como casi todos los días en el Dique Cuesta del Viento. Pero esta vez, lo que el aire arrastra no son tablas ni velas, sino cientos de cuerpos plateados que se amontonan sobre la arena. Son pejerreyes. Muchos. Demasiados. Y su presencia fuera del agua generó una inquietud que se extendió rápidamente por toda la comunidad de Iglesia.

Las imágenes comenzaron a circular en redes sociales durante el fin de semana: filas de peces muertos a lo largo de la orilla, especialmente en la zona de Bahía Los Troncos y cerca de los paradores náuticos. Lo que al principio parecía un hecho aislado se convirtió en un fenómeno imposible de ignorar.

“Es la primera vez que pasa algo así. Siempre se puede ver alguno que otro pez muerto, pero nunca tantos juntos”, contó Alejandro Montaño, operador turístico y referente del deporte náutico en Rodeo.

Montaño, que conoce cada rincón del dique por su trabajo diario, aseguró que el fenómeno se viene observando “desde hace varios días” y que los ejemplares presentan distintos estados: algunos secos, otros todavía frescos. “Se nota que algunos murieron hace tres o cuatro días, pero otros parecen de ayer”, explicó.

Un golpe inesperado para el turismo local

El Dique Cuesta del Viento no solo es un punto turístico, sino el corazón económico de Rodeo y alrededores. Escuelas de kitesurf, paradores, hoteles y excursiones dependen del flujo constante de visitantes que buscan disfrutar del viento y el agua.

“Seguimos trabajando con normalidad, pero estamos preocupados. Este lugar es nuestro sustento y ver tantos peces muertos te deja un nudo en el estómago”, expresó Montaño.

Hasta el momento, las autoridades no emitieron restricciones en el uso del dique, aunque la incertidumbre crece entre los operadores turísticos ante la falta de explicaciones concretas. “Queremos que alguien venga y nos diga qué pasa. No sabemos si es algo del agua, del clima o de otra cosa”, reclamó el guía.

Las primeras hipótesis

Técnicos de la Secretaría de Ambiente de San Juan y del Parque de la Biodiversidad se trasladarán al lugar para realizar análisis de agua y fauna, con el fin de determinar qué provocó la mortandad. Los resultados podrían demorar varios días.

Montaño, con la experiencia que le da su contacto diario con el dique, arriesga una conjetura: “El nivel del agua cambió mucho en poco tiempo. En otras temporadas, cuando bajó, aparecieron algas; después, con la subida, desaparecieron. Quizás algo así esté afectando a los peces ahora”.

Espera y esperanza

Mientras los especialistas preparan los estudios, la comunidad de Iglesia espera respuestas. En las orillas, los pejerreyes siguen marcando una postal triste y silenciosa.

“Nos preocupa, claro. Este lugar es nuestra vida y queremos que siga siendo un espacio sano, vivo, atractivo”, concluyó Montaño.

El misterio sigue abierto, y el espejo de agua que suele ser sinónimo de viento, color y turismo hoy refleja la fragilidad del equilibrio natural que lo rodea.

POR LIC. EUGENIA VILA

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