Estafaba y arreglaba con dinero, pero una amenaza lo hundió en la Justicia
Fue sentenciado a un año y seis meses de prisión en suspenso, lo que significa que permanecerá en libertad, aunque una nueva causa podría enviarlo directamente a la cárcel.

Kevin Jovan Castillo (34), un gitano con un largo historial de estafas que hasta ahora había logrado evitar la justicia mediante arreglos económicos con sus víctimas, recibió finalmente su primera condena penal. Fue sentenciado a un año y seis meses de prisión en suspenso, lo que significa que permanecerá en libertad, aunque una nueva causa podría enviarlo directamente a la cárcel.
Hasta ahora, Castillo había evitado condenas gracias a acuerdos de reparación con los damnificados, lo que le permitía obtener sobreseimientos sin siquiera acumular antecedentes. Sin embargo, esta vez la situación cambió drásticamente.
La estafa y la amenaza
El hecho por el que fue condenado ocurrió en diciembre de 2018, cuando Castillo le entregó a un hombre una camioneta Toyota Hilux a cambio de $80.000 y un Fiat Palio. Este último tenía una prenda bancaria que no había sido saldada, pese a que su pareja, Lorena Isabel Mitar, presentó un recibo falso de cancelación como parte de la maniobra fraudulenta.
Cuando la víctima descubrió que no podía transferir el vehículo y que enfrentaba posibles sanciones, se lo reclamó a Castillo, quien reaccionó con una amenaza violenta:
“Tengo terrible 9 mm en mi casa, voy y te doy un tiro… ya me cansé de que me metan la p… así que fijate qué vas a hacer…”, fue el mensaje enviado por el ahora condenado, según consta en el expediente judicial.
Este acto de intimidación se convirtió en un factor clave para que la justicia rechazara cualquier posibilidad de acuerdo económico y reparación del daño.
La intervención judicial
La fiscal Silvina Gerarduzzi se opuso firmemente al acuerdo, invocando por primera vez en este tipo de causas el concepto de “reiterancia”, es decir, la tendencia sostenida a delinquir a lo largo del tiempo.
La decisión fue respaldada por el juez Miguel Dávila Saffe, de la Cámara en lo Penal y Correccional, quien también negó la posibilidad de una reparación integral del daño debido al componente violento de la amenaza.
Castillo finalmente aceptó su responsabilidad en el marco de un juicio abreviado, recibiendo una pena de 1 año y 6 meses en suspenso, con condiciones: deberá conseguir un trabajo estable y someterse a tratamiento psicológico. De no cumplirlas o de cometer un nuevo delito, irá directamente a prisión.
La situación de su pareja
La que corrió con mejor suerte fue Lorena Isabel Mitar, su pareja, también imputada en la causa. Acusada de haber presentado documentación falsa para completar la maniobra, logró acceder al beneficio de la probation, gracias a no contar con antecedentes penales.
La medida implica la suspensión del juicio mientras Mitar realiza tareas comunitarias y abona un monto simbólico de $80.000 como reparación. Si no cumple con lo establecido, la probation será revocada y se reanudará el proceso judicial en su contra.
Un precedente importante
El caso de Kevin Castillo marca un punto de inflexión en la forma en que la Justicia aborda las estafas reiteradas, especialmente cuando vienen acompañadas de amenazas o violencia. La aplicación de la figura de la reiterancia y la negativa a aceptar un acuerdo económico con la víctima sienta un precedente judicial relevante en el tratamiento de delitos económicos cometidos de forma sistemática.
Por Lic. Eugenia Vila
Los comentarios están cerrados.